Héctor Castro Aranda, texto y fotografía | Enviado especial, Orlando, Florida| | Con la rápida difusión de la noticia sobre el audaz programa Mercury de la NASA y el éxito del histórico lanzamiento suborbital de Alan Shepard, el 5 de mayo de 1961, un número cada vez mayor de prensa y público acudió en masa al área de Cabo Cañaveral para observar más de cerca el floreciente programa espacial de Estados Unidos. Para 1963, la demanda era tal que el congresista de Texas, Olin Teague, presidente del Subcomité de la Cámara de Representantes sobre Vuelos Espaciales Tripulados, le pidió al administrador de la NASA, James Webb, que creara un programa de visitantes que aprovechara el apoyo y la buena voluntad del público. La solución de Webb fue un recorrido en automóvil por lo que entonces se conocía como Cabo Kennedy, ahora llamado Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral. Los domingos por la tarde, de 13:00 a 16:00 horas, el público podía conducir sus propios vehículos en un recorrido predeterminado que permitía conocer las plataformas de lanzamiento y las instalaciones. A pesar del acceso limitado, los recorridos demostraron ser inmensamente populares. Desde finales de 1963 hasta finales de 1964, aproximadamente 100 mil visitantes aprovecharon la oportunidad de recorrer el Cabo.
Mientras tanto, la emoción comenzó a crecer al lado del Centro Espacial Kennedy (KSC), que se ganó su propio estatus como centro espacial oficial en 1962 y recibió su nombre del difunto presidente John F. Kennedy poco después de su asesinato en noviembre de 1963. En enero de 1965, después de un año de exitosos recorridos en automóvil en Cape Kennedy, los recorridos se expandieron para incluir áreas del Centro Espacial Kennedy. El primer día acudieron cerca de 2 mil visitantes. Basado en este éxito, el Comité de Vuelos Espaciales autorizó 1.2 millones de dólares para la creación de un centro de visitantes en el Centro Espacial Kennedy. Con la ayuda del Servicio de Parques Nacionales, la NASA creó un plan para acomodar a 2.9 millones de visitantes proyectados para 1967, y 3.2 millones de visitantes para 1970. La propuesta incluía un Centro de información para visitantes (VIC), así como una visita guiada en autobús por el centro y sus operaciones. Se contrató a un concesionario privado para operar estos programas. De ahí en adelante la historia del centro de visitantes es lo que conocemos ahora, un gran espacio para observar la carrera espacial de Estados Unidos.
Visitar Orlando, Florida, no es solamente los parques temáticos, son Disney y Orlando, a 45 minutos del aeropuerto de Orlando, el Centro Espacial Kennedy, realmente un centro de visitantes demasiado impresionante, claro que será mejor aprovechado para los amantes de la aeronáutica, astronomía y ciencia. Conforme uno se va acercando por la autopista, el paisaje se va convirtiendo en uno boscoso para finalmente cruzar a la isla donde se encuentra el Centro Kennedy, por un camino de ida y vuelta sobre una plataforma no natural sobre el océano, con una vista impresionante, pero al mismo tiempo inquietante, ya que prácticamente el nivel del agua se ve al filo del pavimento. Sin tantos autos en circulación y un silencio profundo, se puede observar el gran estacionamiento del lugar que tiene un costo de 10 dólares. La primera parada es el gran lobby que le da la bienvenida a los visitantes con una gran esfera con el logotipo de la NASA, al ingresar, y entregar el boleto que tiene un costo de 75 dólares para adulto y 65 dólares para niños. La gran bienvenida dentro es el jardín de los cohetes, que son una serie de cohetes reales que usó la NASA en distintas épocas, simplemente es algo colosal ver estos gigantes de hierro y otros materiales saludando a todos. Dentro de esta primera etapa del complejo se encuentran varias actividades como el homenaje a los legendarios astronautas, actividades de realidad virtual e interactivas, así como la tienda de la NASA, la más grande del mundo. Una de las joyas de este primer nivel es entrar al proyecto Atlantis, que fue el transbordador reutilizable que revolucionó a la NASA, entró en labores en 1985 y finalizó en 2011. Entrando al módulo de Atlantis que te recibe con el enorme proyectil de gasolina de 35 metros, luego una proyección que trata sobre cómo se originó el proyecto, para dar paso y poder observar de cerca el transbordador real. Lastimosamente en dos misiones de este transbordador sucedieron catástrofes, el del Challenger en 1986, y el Columbia en 2003, estallaron en pleno despegue, partes de estas aeronaves se encuentran expuestas, así como un homenaje a los astronautas fallecidos. Continuando con el paseo, puedes tocar y manipular controles reales de otros transbordadores Atlantis y la oportunidad de una firma de autógrafos con diferentes astronautas.
El segundo punto, y uno de los más importantes en el Centro Espacial Kennedy, consiste en tomar un autobús que recorre las partes de acceso restringido donde se encuentran las oficinas corporativas de la NASA y la plataforma de lanzamiento para llegar a la nave industrial donde se desarrolló el proyecto Apolo. Con una breve introducción sobre la carrera espacial, uno prosigue para entrar a la sala de control del despegue lunar Apolo 11, sí, el centro de mando original, ahí se recrea el lanzamiento de 1969, con efecto de luces, audio y movimiento, creando una experiencia real de cómo sucedieron las cosas, totalmente estremecedor. La cereza del pastel es continuar el recorrido y ver el enorme transbordador usado en las misiones Apolo, uno de tantos que se hicieron y se encuentra seccionado en sus partes de desprendimiento. En esta área podrán ver el auto lunar, una cápsula real que orbitó por el espacio, los trajes de los astronautas. Se autoriza tocar una piedra lunar, así como decenas de aspectos de ese entonces. Se expone el graderío donde las personas pudieron observar los despegues hace más de 50 años. Al terminar, se aborda el autobús de regreso, pero puede dar otros recorridos por si se perdió algún detalle.
El centro de visitantes cierra todos los días a las cinco de la tarde, se pueden invertir más de cuatro horas para visitar el lugar, también las actividades tienen un horario en específico, lo recomendable es llegar antes del mediodía para disfrutar al máximo la experiencia. Sin duda alguna es un lugar al que se le debe dar el tiempo de visitar, si en sus planes está conocer los parques temáticos de Orlando. Aerolíneas como Volaris, ofrecen vuelos desde Guadalajara, y si toma su vuelo con anticipación puede encontrarlo redondo en alrededor de los cuatro mil pesos.