José Rodolfo Castro | Héctor Castro Aranda y archivo Revista101.com fotografía | La invención de Cronos es un objeto extraordinario.
Fue construido en 1536 por un alquimista que buscaba un mecanismo que le concediese la vida eterna.
El estuche, una filigrana grabada en oro de 24 kilates, combina la forma de huevo de Faberge y un reloj de antaño. Su interior alberga una compleja estructura de engranes, tubos capilares de cristal más fino y un ser vivo: una especie de ácaro.
Pero el alquimista no solo creó esta maquinaria; al tiempo llevó un detallado diario de la invención y ordenó una serie de reglas precisas y muy estrictas que descubrió sobre su uso. Dejó un manual de uso sobre la vida eterna.
Hace varios años el diario llegó a manos de un próspero industrial europeo. La promesa de la inmortalidad lo obsesionó a tal grado que obtener la invención de Cronos se volvió indispensable.
El destino quiso que la maquinaria apareciera ignorada en un viejo bazar de la Ciudad de México. Su dueño, un hombre que bien podría ver la muerte como amigo.
La historia de la invención de Cronos es un extraordinario cuento gótico que revela los secretos que encierra esta maquinaria fantástica y cómo determinó la vida de los hombres a quien tocó.
Finalizada la obra Cronos, que se presentó a los medios de comunicación a través de Collins Publicidad, en los Multicinemas Tolsá, Guillermo del Toro fue entrevistado por Revista101.com:
—Comentó que hace ocho años comenzó a escribir notas, después el guión hace dos años, ¿qué edad tiene?
—Veintinueve.
—Veintinueve, ¿a los veintiún años empezó?
—Sí.
—¿Podría platicarnos un poquito de su historia, cómo fue que inició en esto?
—¡Huuuy!, yo empecé a los ocho años, hice una peliculita a esa edad y luego volví al cine hasta los quince, hice ocho súper ochos, luego hice una película en dieciséis milímetros, un cortometraje, luego una en treintaicinco, otro cortometraje, de ahí hice veintiún horas marcadas; trabajé en doce películas, estudié efectos especiales de maquillaje, estudié guionismo y chambee mucho, y finalmente llegó Cronos.
—¿Pero por qué la inquietud de hacer cine, herencia familiar?
—Bueno, me viene por parte de mi mamá ¿no?, mi mamá es la que lleva la sangre artística en la familia, medio escultora, medio pintora, medio poeta…
—¿Cómo se llama su mamá?
—Guadalupe del Toro, es un gran corazón artístico mi madre; pues yo creo que de ahí viene.
—De todos los reconocimientos que tuviste, acá llegaron las noticias, los comentarios, ¿qué opinaban del cine mexicano en concreto?
—Pues les parecía extraño que en México se hiciera un cine de género de horror, porque hacía mucho que no se desarrollaba y les pareció muy interesante que la película recuperara una tradición fantástica mexicana con irreverencia, con un sentido del humor negro y que al mismo tiempo mexicanamente se tratara del vampiro de una manera poco solemne, no más el vampiro guapo, sino es un vampiro pateticón.
—¿Su creatividad dónde nace?
—La verdad no tengo idea —suelta una carcajada—, empieza desde que me acuerdo y de que tengo memoria; dibujaba, esculpir, hacer monstruos.
—¿Sus notas, sus guiones, los escribe en diferentes horarios, noche, mañana, tarde, madrugada?
—Siempre, siempre cargo la libreta, ahorita la traía, la dejé en el carro, pero siempre la cargo a todas horas, y apunto a todas horas.
—¿Dónde nació?
—Guadalajara, Jalisco, el 20 de octubre de 1964.
—Pregunto esto porque por ahí alguien comentó que eres de Ciudad Guzmán.
—Mi papá es de Ciudad Guzmán, mi apellido viene de Ciudad Guzmán.
—¿Qué estudió?
—Estudié guión con Jaime Humberto Hermosillo, guión cinematográfico, y estudié efectos especiales de maquillaje en Nueva York.
—¿José Fors qué participación tuvo en Cronos?
—El diseñó la parte exterior del aparatito (insecto ácaro: arácnido microscópico, generalmente parásito, portador de ciertas enfermedades), y le dio como coherencia todos los conceptos a nivel diseño en el aparato.
Entrevista realizada en diciembre de 1993. Publicada en Revista101.com el 10 de diciembre de 1993.