Héctor Castro Aranda, texto y fotografía | Guadalajara es, desde hace varios años, una urbe cosmopolita que ofrece una variedad impresionante de eventos en distintos mercados. Un festival como Echoes era necesario para los tapatíos que gozan de un sector musical en específico que gusta del disco, nu disco, funk, soul y wave. Este festival nació el año pasado trayendo pura joya de la música como Darius, L’imperatrice o Roosevelt.
En su segunda edición, celebrada el 22 de abril en La Concha Acústica, un escenario que no se tenía previsto, ya que el festín sería originalmente en el Jardín Trasloma en Zapopan. Pero aun así, La Concha Acústica fue el artífice perfecto en su interior, más no en su exterior, para esta fiesta de la música, rodeados de árboles y palmeras que amortiguaron el sofocante calor sabatino. Alrededor de poco menos de cuatro mil personas disfrutaron de la jornada musical, alimentos y coctelería que ofreció Echoes.
Midnight Generation fueron los primeros en atraer a las masas. Los de Chihuahua ya eran esperados por los tapatíos. La cantante suiza Vendredi sur Mer, quien salió sola acompañada de un DJ, sin una agrupación, puso a bailar a los reunidos que disfrutaban del sunset. Uno de los actos que más causó impacto fue el de la agrupación chicana de Los Ángeles, Inner Wave, con su funk con soul, cautivaron a la audiencia del Echoes, quienes llegaban a la ciudad por primera vez. El siguiente turno fue de Devendra Banhart, que salió con la playera de la selección mexicana. Muchos, por no decir la gran mayoría, esperaban el acto de Banhart, que llevó por un viaje suave al festival con sus melodías nostálgicas. A partir de este momento, la fiesta subió su tono con los actos de Neil France, Flight Facilities y Kartell.