Marco Galván | Si hablamos de carisma, estilo único, virtuosismo y destacar en su manera de hacer vibrar una guitarra, seguro, además de Slash, el nombre de Zakk Wylde viene a la mente con su guitarra Gibson llamada «el grial» de aros concéntricos negros y blancos.
Zakk Wylde, cuyo nombre real es Jeffrey Wielandt, comenzó a tocar la guitarra a los 8 años y demostrando virtuosismo formó su primera banda tributo a Black Sabbath y Ozzy Osbourne.
Para finales de los ochenta, el guitarrista Jake Lee abandonó la banda de Ozzy Osbourne, por lo que se comenzaron a realizar audiciones para el puesto vacante, haciendo la invitación en el programa de radio de Howard Stern para encontrar un reemplazo, y al realizar la prueba, Zakk, con la mano en la cintura, ganó el puesto.
Al paso de los años, Zakk ha sido un músico prolífico y trabajador, creando a la par de lo que hace con Ozzy, discos en solitario, múltiples apariciones en álbumes y shows de otras agrupaciones musicales, y claro, sus propias bandas «Pride and Glory» y su bebé «Black Label Society», la cual fue fundada al término de los años 1990.
En general, cada banda tiene un punto cumbre en su carrera y un álbum único que logra asentar su sonido y definir su esencia. En el caso de BLS, este parteaguas es su tercer material lanzado en el año 2002 llamado «1919★Eternal».
Álbum el cual, además de mostrar una madurez musical diferente, cuenta con varias particularidades interesantes; empezando con que 5 de las canciones fueron presentadas a Ozzy por Zakk para su álbum «Down to Earth», pero fueron rechazadas por Osbourne ya que sonaban demasiado a Black Label.
Cuando se grabó el álbum en el estudio, Zakk tenía en mente llamarlo «Death-core War Machine», pero fue cambiado por «1919★Eternal» a raíz de los hechos ocurridos el 11 de septiembre en referencia a la fecha histórica que cambió el mundo actual en el que vivimos.
Haciendo a un lado el sonido sureño de las primeras dos producciones, este álbum se enfoca en un sonido más pesado y oscuro, con tintes del grunge crudo de Alice in Chains. Ejemplificando: el opening track «Bleed for Me», «Lords of Destruction» o «Refuse to Bow Down», y a su vez da una mezcla de estilos variados como con canciones como «Speedball», el cual es un solo acústico de guitarra, o la canción «Battering Ram» con un sonido rápido y furioso.
Una producción bien pensada en la estructura de cada uno de sus tracks y no solo orientada a los solos frenéticos, buscando crear la atmósfera ideal para cada tema y sin rellenos, con una mayor participación de Zakk en las vocales rasposas que lo caracterizan.
La inspiración en esta obra y su temática de guerra fue concebida por la imagen del padre de Zakk, dedicado a su memoria y su legado; Jerome Wielandt (RIP 2002), quien fue un veterano de guerra y sirvió ni nada más ni nada menos que en el desembarco del Día D en la playa de Omaha en Normandía, acción que fue la punta de lanza para acabar con los nazis y su Tercer Reich.
El mismo Zakk mencionó de su propia boca: «1919★Eternal» dedicado a mi padre, a quien le debo todo lo que soy, tengo que dejar que este disco resista al tiempo en nombre de su grandeza».
genial !!!