Marco Galván | En todos los géneros musicales, siempre han existido gemas ocultas y atemporales que trascienden a través de los años sin perder su brillo, pero sin recibir el reconocimiento que merecen. En el caso específico del hard rock y el heavy metal, los años 89, 90 y 91 marcaron un camino sinuoso gracias al boom de Nirvana y el Grunge, arrojando al precipicio a la siguiente oleada de bandas virtuosas con debuts de calidad suprema y arrebatándoles de tajo sus contratos musicales. Algunos ejemplos de esto son bandas como Pretty Boy Floyd, Spread Eagle, Princess Pang y Vain, entre otros.
Un triste caso fue el de la banda Vain, quienes tenían todo para triunfar en las ligas mayores, pero al no nacer en el año correcto ni en el lugar correcto, quedaron varados a la deriva en una década cambiante.
LOS ORÍGENES
Vain fue fraguada por un personaje carismático llamado Davy Vain, con una visión perfecta de ser el vocalista de su propia banda de hard rock. A la par de este sueño, siendo residente de San Francisco, California, la cuna del Thrash Metal denominada el área de la bahía, la cual dio origen a bandas como Metallica y Exodus, Davy Vain trabajaba como el productor musical de la banda “DEATH ANGEL”.
Siendo el responsable del sonido de sus dos primeros álbumes, “The Ultra-Violence”, considerado uno de los clásicos del thrash metal según la lista de “El top de los 500 álbumes de heavy metal de todos los tiempos”, y su segundo trabajo “Frolic through the Park”.
Antes de esto, Davy ya había colaborado grabando demos para Kirk Hammett, guitarrista de “METALLICA”. Conjuntamente, Davy formaba la alineación conformada por Tom Rickard en los tambores, Danny West y Dylana Nova en las guitarras, y el bajista Ashley Mitchell.
De 1986 a 1987, sin un sello discográfico, la banda llevó su hard rock Glam a través del circuito del Thrash metal en San Francisco; dándose cuenta de que no era el lugar indicado para su género y propuesta, la banda comienza a tocar regularmente en la escena de Los Ángeles, California, abriendo para bandas como Guns N´Roses y generando el interés de las grandes disqueras como Geffen, y finalmente en 1988 llevándolos a firmar con ISLAND RECORDS.
En 1989 dio a luz a su álbum debut llamado “NO RESPECT”, un producto altamente energizado de hard rock con la actitud callejera del Punk.
La voz apasionada de Davy Vain, seductiva y misteriosa, le da un toque genuino y humano en su forma de cantar, haciendo única a la banda, similar a la chispa que Jim Morrison inyectó a “THE DOORS” o la que Glen Danzig le dio a su banda homónima.
Con 53 minutos de hard rock callejero, sucio y melódico, con 12 tracks musicales sin ninguna canción mala y sin rellenos, lidiando con letras sobre sexualidad, deseo e inseguridades, vistiendo la emoción a corazón abierto.
Los sencillos elegidos para promocionar en la radio y televisión (específicamente la gigante herramienta de marketing que fue MTV en su gloria), fueron las canciones “Secrets” y “Beat the bullet”.
“NO RESPECT” es un álbum variado compuesto en su mayoría por canciones hard rockeras que te invitan al headbanging, moviendo la cabeza de un lado a otro con “Who´s watching you”, “Aces” o “ready” pero a su vez cuenta con baladas como “without you” o “Laws against Love” que están llenas de emociones que tocan el alma o “Smoke and Shadows” desgarrando la desesperación apasionada de alguien que ansía el amor de una persona específica que no le corresponde.
Este álbum debut es uno de los mejores álbumes de Glam de todos los tiempos, totalmente a la par y estándares musicales de los grandes Mötley Crüe, Poison o Warrant, pero criminalmente empujados a un lado y relegados y olvidados en los archivos de su género, un disco imperdible para cualquier amante del hard rock.