Revista101.com | Elementos dispuestos para una transformación hacia simbolismos que permiten alzar la voz, pero también recurrir a los orígenes y la sanación, integran la muestra Lugar de enunciación, de Marisa Caichiolo.
La exhibición llega al MUSA Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, bajo la curaduría del crítico y ensayista Andrés Isaac Santana, con un acercamiento hacia la faceta personal de quien también es generadora de proyectos artísticos a nivel internacional.
El rol femenino es protagonista en esta propuesta a través de la cual la autora establece una perspectiva propia acerca de la visualización de la mujer y de cómo ella es, a su vez, generadora de vida y un ser de gran fuerza que sortea dificultades pese a circunstancias desafortunadas.
“Es una especie de doble enunciación. Ser mujer y migrante también tiene mucho qué ver, desde dónde vengo, qué estoy haciendo en cada espacio en el que habito, temporalmente o no”, dice la artista.
La muestra se articula sobre tres ámbitos temáticos y de contenido, configurando así una suerte de tejido simbólico que actúa como metáfora del propio cuerpo de la creadora y de la experiencia cultural del mismo.
En qué más puedo servirle y Semilla sagrada son las experiencias más experimentales e inmersivas. En la primera, la invitación es a reflexionar sobre lo observado como cotidiano, pero que en lo profundo refleja una realidad de desigualdad. El cierre del recorrido enuncia la doble cualidad de la artista y curadora.
“En su totalidad, la muestra resulta una instalación de objetos de énfasis discursivo en los que se condensa un comentario crítico acerca del vasallaje social y cultural en torno a la mujer y al medioambiente”, expresa el curador.
El núcleo Semilla sagrada parte del contacto que Marisa Caichiolo estableció con mujeres de pueblos originarios, con quienes realizó un proyecto de video con cantos y rituales que propiciaran la reactivación de la tierra durante la pandemia a manera de sanación.
Ahora lo presenta en las salas del museo para continuar y generar una conexión con la abundancia y la Madre Tierra permitida a través de la colectividad y un proceso de afectividad.
Es así como la artista comparte sus vivencias e invita a los visitantes a involucrarse directamente para profundizar y, tal vez, identificarse de alguna forma con las situaciones mostradas en un ejercicio que permita la generación de un cambio. Revista101.com