Los Pet Shop Boys, arquitectos sonoros que expusieron lo que es la máxima calidad en el Corona Capital
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HDL, enviado especial Ciudad de México, texto y fotografía | Los Pet Shop Boys, son uno de los grupos más respetados de la música en los últimos 40 años. Son un enorme referente de la música popular global, con un estilo muy característico y único, y una carrera muy estable. Cuando se habla de Los Pet Shop Boys, todo se reduce a su trabajo profesional. Su importancia en la música moderna se entiende poco, ya que su música no tiene mucho que ver con las corrientes que imperaban en sus épocas de inicio.
La icónica dupla británica, compuesta por Neil Tennant y Chris Lowe, ha perdurado a lo largo de las décadas, consolidándose como una de las bandas más influyentes y duraderas de la escena musical.
En 1982, Los Pet Shop Boys viajaron a Nueva York con el productor Bobby O, quien los introdujo en la subcomunidad disco que ya estaba en decadencia y muerte pero que seguía en fiestas underground. Quedaron maravillados, y esto definió y ayudó a definir su concepto, del cual surgieron himnos como «West End Girls», «It’s A Sin». Regresaron a Europa con las influencias de la música disco y la vida nocturna neoyorquina, redescribiendo a su manera esta música con una evolución sin precedentes, con los tintes del house y techno, muy refinado en un campo en el que nadie estaba trabajando, ganándose mucho respeto y un nicho de mercado que se ganaron con lealtad. Siempre con un paso adelante a lo que pasaba en la industria.
Son de los pocos grupos que tenemos actualmente con longevidad que no han tenido una producción de mala calidad; cada uno de sus trabajos es reconocible. Lo que distingue a los Pet Shop Boys va más allá de su éxito comercial. Su compromiso con la innovación visual y su estética única en escena han dejado una marca indeleble. Sus shows en vivo son espectáculos completos que fusionan música, teatro y diseño visual de manera magistral.
El dúo de Londres regresó al Corona Capital en la Ciudad de México el 19 de noviembre en el Autódromo Hermanos Rodríguez, luego de siete años. Con cerca de 30 mil personas en su poder, mantuvieron fieles a su público ya que competían directamente en horario con agrupaciones como The Cure, Berlin y The Chemical Brothers, que se encontraban tocando al mismo tiempo. Neil Tennant y Chris Lowe salieron a escena a las 10 de la noche, con el tema «Suburbia», con una pantalla detrás de ellos que se levantaba en distintos momentos, acompañados de una banda; ahora la música fue totalmente en vivo. El dúo, con máscaras que hacen referencia a su gira mundial, Dreamworld, un tour de puros éxitos comerciales de todas y cada una de sus épocas que comenzó en el 2019 y, posterior a la pandemia, compartieron escenario con New Order. La producción en vivo de esta gira llegó en completo al Corona Capital, a diferencia del espectáculo que ofrecieron al día siguiente en solitario en el Teatro Metropolitan, que fue a manera austera.
«Can You Forgive Her?», «Opportunities (Let’s Make Lots of Money)», «Where the Streets Have No Name (I Can’t Take My Eyes Off You)», «Rent», «I Don’t Know What You Want but I Can’t Give It Any More», «So Hard», «Left to My Own Devices», «Single-Bilingual / Se a vida é (That’s the Way Life Is)», «Jealousy», «Love Comes Quickly», «Paninaro», «You Were Always on My Mind», «Dreamland», «Heart», «What Have I Done to Deserve This?», «It’s Alright», «Vocal», «Go West», los temas que corrieron si parar en una velada maravillosa donde los petheads reunidos bailaron sin cesar.
Neil Tennant, a sus más de setenta años, con una voz implacable, el tiempo no ha pasado para él y debe ser una envidia para sus colegas en la música que no han corrido con la misma suerte. Siempre elegante, saludando y agradeciendo a la masiva asistencia de esa noche, así como cambiando de vestuario conforme la época de los temas interpretados. La nostalgia cayó de golpe y el tiempo se detuvo con las obras maestras «It’s a Sin», «West End Girls» y «Being Boring». Los Pet Shop Boys no son simplemente un dúo musical; son arquitectos sonoros que han dejado una huella duradera en la música pop y electrónica. Su capacidad para fusionar letras perspicaces con paisajes sonoros vanguardistas los ha mantenido como una fuerza creativa imparable.