Marco Galván | La década de los setenta y ochenta está marcada en la música por un hombre llamado Bob Ezrin, productor y tecladista canadiense que ha sido responsable del sonido en muchos de los álbumes de bandas de heavy metal como Hanoi Rocks o Alice Cooper, bandas de rock como U2, Deep Purple, Pink Floyd, Peter Gabriel, Rod Stewart entre otros, y hasta pop como Taylor Swift.
En el año de 1975, Ezrin se encontraba trabajando en el primer álbum en solitario de Alice Cooper llamado “Welcome to my nightmare”, el cual era un álbum conceptual donde además de producirlo, colabora como músico en teclados, sintetizadores y en algunas de las vocales. Cuatro años más tarde se encontraba trabajando con Roger Waters y David Gilmour en su álbum más famoso, la ópera rock de 26 canciones llamada “The Wall”, donde no solo se dedicó a la producción sino como colaborador activo revisando el escrito conceptual de la historia de Roger Waters, opinando, proponiéndole y dándole forma a la historia conceptual que terminaría en la película y además, musicalmente, contribuyendo con los arreglos orquestales, tocando el piano, órgano y algunas vocales.
A mediados de esos discos tan inmortales en la historia del rock, Bob Ezrin trabajó en conjunto con KISS, ayudándolos en la época de turbulencia que la banda tenía, presionándolos para llegar más allá de sus límites musicales, dando a la luz pública un bebé llamado “Destroyer”, el cual sería el álbum de estudio más vendido en toda la historia de la banda.
KISS se encontraba en un punto crucial de su carrera, después de tres álbumes buscaban reinventarse, pero las ansias de grandeza de Simmons y Stanley contrastaban con un Ace Frehley alcohólico y fiestero y el baterista quejumbroso y algo inseguro Peter Criss, es aquí donde la banda busca la ayuda de alguien nuevo para impulsarlos a innovar y sacarlos de su zona de confort, he aquí donde Ezrin aparece en la ecuación y participa totalmente en el proceso de composición del álbum al grado de coescribir y aparecer en los créditos en 8 canciones de las 10 que tenía el álbum original, además de encargarse de la orquestación, teclados y tocar el piano en la balada más famosa de KISS llamada “Beth”, donde Peter Criss además de la batería es el cantante principal.
Derivado de la falta de la presencia de Ace Frehley y sus habilidades diezmadas por la bebida, Bob propone como guitarrista de sesión, ni nada más ni nada menos que al guitarrista de la ex banda de Alice Cooper, Dick Wagner, quien participa en cuatro de los temas del disco: el solo de guitarra en la canción “Sweet Pain”, los arpegios en “Flaming Lips” y la guitarra acústica en “Great Expectations” y “Beth”.
En anticipación al 35 aniversario del disco, Bob tuvo la idea de contactar a Gene Simmons y Paul Stanley con la propuesta y solicitud de hacer un remix con las técnicas modernas y un relanzamiento del álbum, con la aprobación de la banda y con gran expectativa se le otorgaron a Ezrin las copias digitales de los master tapes de 16-tracks originales para que pudiera trabajar en la labor de la remezcla del álbum y la re-ecualización de los elementos de cada canción.
De primera instancia, el enfoque fue darle al álbum un sonido mucho más moderno, añadiendo a las guitarras más brillo y presencia, a su vez la batería tuvo un reforzamiento en su sonido subiéndole el volumen para darle más potencia.
Por otro lado, Ezrin incluyó varias partes en las canciones que habían sido omitidas de la mezcla original, por ejemplo, el tema “God of Thunder”, que es el estandarte de Gene Simmons en las vocales, cuenta con la inserción de algunas palabras y con un efecto de reverb que lo hace sonar con más estruendo y con las voces de un par de niños que fueron grabadas en 1976 y son los dos hijos de Ezrin pero que fueron omitidas en la primera versión.
En el caso de “Detroit Rock City”, se usó la manipulación digital para corregir parte de las vocales que habían quedado por error, cambiando la frase “down 95” a “doing 95” y se incluyeron algunas voces adicionales.En el caso de “Beth”, se incluyeron algunas vocales adicionales y se agregaron mayores arreglos de piano.Finalmente, la canción número 6 del álbum “Sweet Pain” se le cambió el solo original por uno tocado por Ace Frehley, dejando de bonus track como última canción la grabación original con el solo de Dick Wagner.
El arte del álbum fue rediseñado y en cuanto a su portada, fue presentada por el diseño original de Ken Kelly, el cual mostraba unos edificios en llamas pero que fue cambiada en su momento por una censurada ya que la disquera “Casa Blanca” la consideraba muy violenta, así es que en esta reedición se pueden ver ambas portadas, la censurada y la que finalmente salió editada. Por otro lado, el libreto interior contiene los comentarios de Bob Ezrin, más algunas fotos inéditas de la banda, un disco reeditado altamente recomendable para cualquier fan de KISS dándole una nueva vida y emoción a los viejos clásicos.Como resultado final, “Destroyer: Resurrected” fue relanzado el 21 de agosto de 2012. Ezrin ha afirmado que “Destroyer” ha sido uno de los discos más importantes y formativos de su carrera, fue por ello la nostalgia y deseo de quien ve crecer a su bebé de verlo realizado y ese fue su gran regalo a los fans de KISS, dando un productor con un sonido más claro, más fuerte y potente.