El We Tour llegó, y comenzó con una entrada propia de una discoteca al ritmo house para dar inicio al tema «Age of Anxiety II (Rabbit Hole)», un tema impresionante que marca la evolución de Arcade Fire, pero lamentablemente por los sucesos que comentamos no llegó a donde tenía que llegar y tuvo que llegar. La pareja y líderes de la empresa, por así llamarla, Win Butler y Régine Chassagne, cargan con el peso de la banda, con sus voces y la multiinstrumentación, salieron a escena con unos trajes rosas eléctricos, se les podía ver felices y llenos de energía. Arcade Fire nunca ha sido una banda donde se noten particularmente las contribuciones instrumentales individuales; más bien, es un conjunto en el verdadero sentido de la palabra, subsumiendo el ego en beneficio del sonido colectivo, intercambiando instrumentos con alegría vertiginosa, apoyando las canciones con matices y fuerza.
Win Butler, ansíaba tener el acercamiento total con su público de más de cincuenta mil espectadores y se lanzó hacia él durante el tema «Rebelión». Régine Chassagne fue la estrella del espectáculo. Toda la noche sentiste que ella era el motor de la banda, musicalmente, emocionalmente, especialmente cuando las notas se ponían muy densas, que sacaba lo más profundo a flor de piel. Win, dejaba todo en el escenario como si fuera una pelea de boxeo de campeonato, moviéndose por todo el escenario, viviendo cada una de sus letras. Con «Reflektor», la enorme bola disco sobre ellos comenzó a funcionar y el tema de siete minutos, si no tan explosivo, fue como una bomba molotov de armonías progresivas. En este punto, el recital ya era maravilloso. «The Suburbs», el tema que les valió el premio Grammy, y un favorito de sus seguidores. Un momento inesperado fue la invitación de Bomba Estéreo, que tocaron en su tierra para compartir con Arcade Fire, «Fuego», los franco-canadienses se aventaron al centavo la melodía de ritmos cumbieros. Para cerrar con broche de oro, «Everything Now» y «Wake Up», con una seguidilla de fuegos pirotécnicos de más de setenta metros de altura, que duraron la mayor parte del tiempo, un clímax y un cierre que pocas agrupaciones se pueden dar el lujo. Una alineación que nos recuerda a los buenos tiempos de Earth Wind and Fire o Eagles, todo en uno, para ser más exacto es el Cirque Soleil en un concierto por la mezcla de lo artístico, lo fantástico y lo maravilloso que no deja de sorprender.