Héctor Castro Aranda, texto, Sandi Lags, fotografía | Cinco años más tarde, pero 15 años más tarde en solitario, los británicos de Keane regresaron a Guadalajara el tres de abril, con una taquilla sin un boleto que vender, todo espacio fue ocupado. Cuando Keane apareció, con un retraso de 20 minutos, la multitud estaba feliz de mostrar una inmensa muestra de aprecio y adulación. Keane tenía una base de seguidores leales y habían acudido con fuerza esa noche. Comenzaron la velada con ‘Can’t Stop Now’ y continuaron con ‘Silenced By The Night’ y ‘Bend and Break’, notable. Sonaron muy bien y desde el principio su espectáculo fue otra cosa. ‘Your Eyes Open’. El espectáculo fue sutil con unas mantas y un buen diseño de luces, artístico pero sencillo comparado con sus giras pasadas.
Lo que más llamó la atención de Keane fue la voz del líder Tom Chapman. Está bien documentado que ha tenido problemas personales a lo largo de los años, problemas que ha superado y dejado atrás. Y hoy en día luce fantástico. Pero su voz, por momentos, era deslumbrante. Tan claro, las notas se sostenían con facilidad y, en ocasiones, incluso tenían un toque de Freddie Mercury. Y cuando tienes una banda detrás de ti que hace un trabajo musical igual de bueno, estás ante un ganador. Eran claros como el cristal. Simplemente no podrías evitar quedar impresionado. Tuvimos un setlist estelar de 22 canciones en total. ‘Everybody’s Changing’ llegó a la mitad y ‘This Is The Last Time’ obviamente fue bien recibida. Terminaron el set principal con una magnífica interpretación de ‘Somewhere Only We Know’ y ese fue uno de esos momentos que quedarán grabados en la mente por mucho tiempo. Keane se encuentra nuevamente disfrutando de la fama, todas sus fechas por México fueron un éxito, en Ciudad de México agotaron el Palacio de Los Deportes y en Monterrey en el plano estelar del Pa´l Norte donde convocaron a más de 60 mil personas.