José Rodolfo Castro | Alguna vez el promotor Bob Arum, presidente de Top Rank, dijo que el cinturón de campeón mundial en el boxeo profesional era mera artesanía. No lo necesitan los boxeadores revienta taquilla, los astros que venden cientos de miles de pago por ver.
El boxeador jalisciense, Saúl «Canelo» Alvarez, tampoco los necesita para ascender el éxito de su marca. Si decidiera en este momento renunciar a los cinturones súpermediano CMB, AMB, FIB, OMB, todo transcurriría sin contratiempos en sus finanzas.
Continuaría con la estrategia que lo mantiene en la lista de los deportistas mejor pagados, publicada en la revista Forbes, desde los posibles candidatos, hasta elegir al adversario, un remolino publicitario que al campeón mundial tapatío no le cuesta un centavo.
Negocio redondo, al que se suman los propios organismos, al ordenarle que debe enfrentarse al mejor clasificado. De carcajada. Y más, Alvarez, si así lo decide, puede montar sus enfrentamientos a diez rounds, lo que resultaría igual, o incluso mejor negocio, y tal vez se desgastaría menos, para que la máquina que produce dinero continúe funcionando.
El ex presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Sulaimán Chagnón, confió que los cinturones de campeón mundial, son de los promotores, porque son quienes mantienen al boxeo con sus empresas. Es lo que hace «Canelo». Y ya hasta Manny Pacquiao se formó para comprar su boleto de lotería. Parece que el filipino ya desvaría. Hace diez años el tapatío le habría ganado, hoy expondría su vida. El oriental llegó a su fin en la cuarta edición con Juan Manuel Márquez.
Que el cinturón verde y oro del CMB, engrandezca más su prestigio, para que promotores, sobre todo estadounidenses, no lo consideren mera artesanía. No son pocas las peleas importantes, en las que no se disputa un campeonato del mundo.
Trabajar entonces, para que se reconozcan las clasificaciones mundiales, listado que asciende a los boxeadores en base a sus triunfos, a los campeonatos mundiales y a la fama internacional o mundial, un trabajo que no hacen los promotores, quienes desdeñan a los organismos, minimizando su importancia, para adherirse a la televisión, a los patrocinadores, o a la capital mundial del juego, para sumar negocios. Texto publicado en columna Match en EL INFORMADOR el 14 de febrero de 2014, y encabezada, Enriquecer la leyenda CMB. Tiempo en el que Mauricio Sulaimán fue elegido por unanimidad nuevo presidente del Consejo Mundial de Boxeo, tras el fallecimiento de su padre, José Sulaimán Chagnon. Revista101.com
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