Ioannes Sdrech | El hombre más influyente de Constantinopla era el alano Aspar, Magister Militum, máxima autoridad en el ejército y cuyo credo, el arrianismo, le impedía alcanzar la más grande de las jerarquías. Enmascaraba su poderío tras fachadas de su autoría, hombres dóciles a los que titulaba como emperadores, siendo el caso más claro el de León.
Tras el deceso de Marciano fue la figura de Antemio la que sonó con mayor fuerza para reemplazarle como monarca, pero la voluntad de Aspar se impuso, designando a un hombre lo suficientemente sumiso para manejarle. León fue el primer gobernante coronado por el patriarca de Constantinopla en febrero de 457 d.C. en el Palacio de Hebdomon.
General de bajo rango, carente de formación académica, subordinado directo de Aspar y su hijo, León, sin duda, sería la marioneta perfecta para ambos bárbaros, quienes contaban con la lealtad de las guarniciones de federados godos, poder que resultaba intimidante y adjudicaba al alano y su familia una posición sólida en el imperio romano.
Tiempo atrás el emperador Teodosio abrió las puertas de la milicia a las tribus bárbaras del norte. Hacia la época de Teodosio el joven cuantiosos eran los casos de germanos que contaban con mayor influencia en gobierno que los romanos. Considerando esta premisa y sabiendo de la peligrosidad de Aspar y del formidable contingente de godos que le respaldaba, el emperador León elaboró un prudente esquema con el que procuraría conseguir su autonomía política. Reclutó tropas isaurias provenientes de la región montañosa de Tauro e instituyó una élite de guardia palaciega denominada Excubitores, entre cuyas atribuciones se encontraba ser una fuerza antagónica contra las tropas leales a Aspar.
El más distinguido de los isaurios ascendió rápidamente dentro de las jerarquías militares, haciéndose de los contactos indispensables y posicionándose como cercano al monarca. Renegó de su nombre bárbaro, Tarasicodissa, y adoptó el de Zenón, ulteriormente contrajo esponsales con Ariadne, hija del emperador.
Aspar y Ardaburius
El general más influyente del imperio, artífice de la ascensión de Marciano, primero, y de León después, construyó una cisterna que llevaba su nombre. Tan pronto fue terminado dicho depósito, el destacado miliciano y su vástago Ardaburius fueron ejecutados ahí mismo por instrucciones del emperador, descansaban así dos cuerpos inertes en la Cisterna de Aspar. Otra referencia advierte que padre e hijo perecieron en Palacio, y una más específica señala que una cuadrilla de eunucos fue la encargada de ejecutar el crimen. A partir de aquel momento León recibió el epíteto de Makelles o Carnicero.
Aspar incurrió en el equívoco de desestimar las habilidades de su marioneta, así el alano dejaba de entretejer la política del imperio en 471 y León se manifestaba como autoridad única, respaldado por su yerno Zenón y los Excubitores, quienes repelieron un intento de asalto en palacio por parte de los partidarios del extinto Aspar. La violenta respuesta de los godos dejó en claro que el emperador no erró al deshacerse del Magister Militum, su hijo y miembros de su familia; pues una vía pacífica, tal como el retiro de sus privilegios o exilio hubiese sido una imprudencia. Sin duda Aspar habría reunido a sus huestes y marchado a la capital para dar un golpe de Estado, limitándose enseguida a colocar a un nuevo gobernante títere.
El fervor religioso del jerarca le valió el apelativo de Pío y sabemos que construyó las Santas Termas, así como la sagrada capilla llamada Kataphyge o Refugio en la localidad extramuros de Blachernai, pues durante aquella época se manifestaron incontables apariciones de la Madre de Dios, produciéndose cuantiosos prodigios.
Se dice que antes de alcanzar la gloria y convertirse en emperador de los romanos, León se encontró con un hombre ciego en uno de sus trayectos y contagiado por un sentimiento de compasión le guió hasta alcanzar una zona pantanosa. Repentinamente, y tal si se tratase de un plan divino, aquel hombre sintió una desesperante sensación de sed, presionando al buen León para que encontrase agua que pudiese saciar sus ansias. Compadeciéndose, León rebuscaba alguna fuente del cristalino líquido en un área vestida por el fango, entretanto escuchó una voz celestial que le anunciaba que no desistiera puesto que entre el barrizal había agua. La labor parecía imposible y la enigmática voz se manifestó por segunda ocasión, llamándole por su nombre y profetizando sobre su futuro:
“Emperador León, si tomas un poco de lodo y lo frotas en los ojos del hombre ciego descubrirás quién soy, quién habita este lugar. Pudiéndome construir después un hogar para abrazar a todo el que se acerque hasta aquí”.
Cumpliendo las instrucciones de la Madre de Dios, León, logró curar la ceguera de aquel hombre y tiempo después, tras una exhaustiva limpieza, el lugar se convirtió en un manantial y en hogar de la Virgen. Como soberano, León ejecutó las instrucciones divinas y emprendió la edificación previamente mencionada.
OCCIDENTE
Ricimero
Tras años de abandono e indiferencia, fue León quien dirigió su mirada a occidente, poniendo todos sus esfuerzos por salvar aquellas desoladas provincias. El Magister Militum Ricimero era la autoridad entre tinieblas en el oeste, bárbaro y arriano como Aspar, igualmente situaba dirigentes ficticios para que cumpliesen sus mandatos. Mayoriano, un destacado militar de familia senatorial que había servido en el ejército bajo las órdenes de Aecio, fue nombrado Magister Militumn por León, proclamado por sus tropas Augusto y avalado por el senado en Rávena, de inmediato León culminó la representación tras reconocerle como nuevo emperador en 458. Las ambiciones del gobierno central en Constantinopla pretendían que tras legitimar a Mayoriano el poder de Ricimero decreciera y las provincias occidentales se recuperaran de manera gradual. El nuevo mandatario desarrollaba una interesante labor gubernamental que fue interrumpida por su deposición y asesinato en 461 por órdenes de Ricimero, quien a su vez instaló en el poder al dócil anciano Libio Severo. León no reconoció al nuevo candidato del titiritero y manifestaba así el descontento de la administración central. Cuatro años más tarde perecía Severo e intensas negociaciones se efectuaron entre Constantinopla y Ricimero. Tras diecisiete meses de interregno la responsabilidad de dirigir las riendas en occidente recayó en Antemio, un distinguido general de oriente designado directamente por León y aceptado a regañadientes por el Magister Militum Ricimero.
En el año 468 el imperio ejecutó una costosa campaña para recuperar el norte de África, produciéndose un fracaso catastrófico tras ser derrotados por los vándalos. Las relaciones entre Antemio y Ricimero fueron conducidas por la desavenencia, pereciendo ambos personajes en 472. El burgundio Gundebaldo, sobrino de Ricimero, tomó el control del oeste y proclamó como nueva tapadera al militar Glicerio. El trono de los burgundios quedó vacante y Gundebaldo abandonó las entrañas de la política romana con objeto de reclamar su herencia, produciéndose un vacío de poder que permitió a Julio Nepote arribar a territorio italiano desde Dalmacia. Con el beneplácito de Constantinopla Nepote se hizo con el poder en 474. El yerro del nuevo representante occidental fue confiar en Flavio Orestes, quien le traicionó y presionó para regresar a Dalmacia. Orestes operaría tras bambalinas, colocando como frente a un inocente, su hijo Rómulo. Poco después irrumpiría en escena un hombre de cualidades singulares, Odoacro.
HOMBRE DE FAMILIA Y GOBERNANTE CERCANO
Euphemia erigió en su finca una estatua en honor a su hermano el emperador León, y con el decurso de los años dicho emplazamiento fue conocido con el nombre de Pittakia. León solía visitar a su hermana una ocasión por semana. Siendo esto sabido, todo aquel que había sufrido injusticia alguna disponía a los pies de tan solemne escultura sus súplicas (pittakia). Los condestables las resguardaban y las entregaban al emperador a su regreso, y prontamente todo peticionario recibía un fallo. Cuando el emperador se encontraba en Palacio despachaba a un chambelán con el propósito de recolectar las súplicas que se habían depositado en tan célebre lugar. Así, cada día, el monarca daba sentencia e instruía a los chambelanes para que entregasen su dictamen a los suplicantes.
León se emancipó del yugo bárbaro, legando a los romanos un nuevo periodo de autonomía. Conocido también como El Grande, para distinguirlo de su nieto y sucesor de mismo nombre, desapareció el 18 de enero de 474.
Fuentes
The Oxford dictionary of Byzantium Volume 1. Prepared at Dumbarton Oaks. Oxford University Press.
The Oxford dictionary of Byzantium Volume 2. Prepared at Dumbarton Oaks. Oxford University Press.
The Oxford dictionary of Byzantium Volume 3. Prepared at Dumbarton Oaks. Oxford University Press.
Miracle tales from Byzantium. Dumbarton Oaks.
Accounts of medieval Constantinople ♦ The Patria. Dumbarton Oaks.
HEATHER, Peter. The restoration of Rome. Oxford University Press.
HEATHER, Peter. The fall of the roman empire. Oxford University press.
HEATHER, Peter. Empire and barbarians. Oxford University press.
OSTROGORSKY, George. History of the byzantine State. Rutgers University press.
BURY J.B. History of the later roman empire Volume 1. Dover
VASILIEV, A.A. History of the byzantine empire. The university of Wisconsin Press. Revista101.com