Héctor Castro Aranda, texto y fotografía, enviado especial, Pomona, California | El concepto de festival ha tomado mucho valor en los últimos años a nivel global, y es algo que los distintos públicos parecen disfrutar mucho. Lo vemos año con año, cómo nacen nuevos eventos o cómo ciertos festivales crecen de manera desorbitada, como el Corona Capital en Ciudad de México o el Estéreo Picnic en Bogotá. Pero algo aún más reciente son los festivales conceptualizados en un solo estilo. Tenemos festivales solo de reggaetón, pop, hip hop, y también aquellos que juegan con la nostalgia y movimientos sociales.
Los festivales de carácter punk, en este lado del continente, siempre fueron vistos como algo muy de nicho y con una infraestructura sencilla, como el caso del Warped Tour, que fue uno de los pioneros en llevar varias bandas del género por diversas ciudades de Estados Unidos. El concepto consistía en una caravana de trailers que llegaba a cierto destino, se desmontaba todo y a tocar. Muchos asistentes le dieron la espalda cuando llegó el movimiento emo y ellos acapararon los espacios. Posteriormente, el festival comenzó a declinar y finalmente, en 2019, tras 25 años de historia, colgó los tenis. Pero el primer gran festival punk, por así decirlo, fue la segunda edición del Inland Invasion, creado por la legendaria estación de radio KROQ en San Bernardino, California, en el anfiteatro de Glen Helen. El cartel contó con la participación de los Sex Pistols, The Offspring, Bad Religion, Social Distortion, Blink-182 y más. Por otro lado, un festival ya comenzaba a dar sus primeros pasos: el Punk Rock Bowling en Las Vegas, que hasta el día de hoy sigue firme en sus convicciones y es el evento anual que presenta las mejores agrupaciones del estilo en un festival itinerante. En 2015, llegó otro gran evento, el Punk It’s Not Dead, de la mente creativa detrás del Warped Tour, Kevin Lyman. En San Bernardino, contó con NOFX, The Vandals, Lagwagon, Anti-Flag y más, reuniendo 15 mil personas. En su segunda edición en 2017, con Rancid y Dropkick Murphys, contó con 25 mil asistentes, y ahí quedó. Para estos tiempos, un pequeño festival que inició a finales de 2008 en Chicago, el Riot Fest, ya se había convertido en un monstruo, reuniendo lo mejor del punk y otras agrupaciones alternativas. Actualmente, al ser ya un enorme evento, sus opciones musicales han cambiado un tanto.
Goldenvoice comenzó como una pequeña promotora en Los Ángeles, a principios de la década de 1980, fundada por Gary Tovar, quien comenzó a promocionar el punk luego de quedar cautivado por la última actuación de los Sex Pistols en Estados Unidos y ver cómo la policía contenía agresivamente este movimiento. Sintiendo que el movimiento hippie había mudado a los jóvenes punks, que seguían la formación antisistema. El sur de California se posicionó como un gran mercado para bandas punks de Estados Unidos y Europa, ofreciéndoles espacios para presentarse ante audiencias cautivas. Goldenvoice se convirtió años después en una empresa sólida, creando festivales como Coachella, y luego fue comprada por la empresa global AEG Live. Pero Goldenvoice, en los recientes años, comenzó a traer eventos para un público que dejó relegado ya que Coachella se convirtió en un monstruo que marca la batuta de la industria musical. Cruel World fue un regalo maravilloso para los amantes del alternativo, synth pop e industrial. Just Like Heaven, con toda la fuerza del indie y el más reciente No Values, una especie de homenaje a todo lo creado por Gary Tovar y a los fanáticos que estuvieron presentes desde el principio, así como una celebración entre las agrupaciones que Gary apoyó mucho.
No Values llegó el ocho de junio con una taquilla agotada. Un evento lleno de nostalgia, con agrupaciones legendarias del punk y nuevas que llevan el espíritu a nuevas generaciones. Fairplex fue el lugar para esta primera edición en Pomona, California. El evento comenzó con un calvario porque todos decidieron llegar al mismo tiempo, creando un tráfico de dos horas para poder estacionarse. Al ingresar, la sensación era una mezcla entre el Warped Tour y el Riot Fest. Decenas de moicanos y chalecos con parches circundaban la explanada de pavimento mezclada con pasto y el calor azotó de manera maravillosa. Desde las 12 del día comenzó la acción. Por ser demasiadas agrupaciones, no alcanzamos a hacer cobertura de todos los recitales, así que escogimos lo que consideramos mejor para nuestro criterio y para nuestro público lector.
The Adicts
The Adicts, la emblemática banda de punk rock británica, ha dejado una marca indeleble en la historia de la música desde su formación en 1975. Conocidos por su estilo distintivo y enérgicas presentaciones en vivo, han mantenido su relevancia y atractivo a lo largo de las décadas, ganando una base de fans leal en todo el mundo. Originarios de Ipswich, Inglaterra, The Adicts se destacan por su estética única inspirada en «A Clockwork Orange», con su vestuario característico de trajes blancos y maquillaje de payaso, lo que les ha otorgado un lugar especial en la escena punk. Bajo el fuerte sol, salió el conjunto donde sus únicos miembros originales, Pete Dee Davison en la guitarra y Keith «Monkey» Warren, arrasaron en No Values, con sonido fuerte y dinámico. Monkey, con una especie de capa multicolor, sonreía y arrojaba sobre la audiencia naipes. Abrieron con «Guillaume Tell Ouverture» y el pogo no esperó. La mayoría de los sets fueron de no más de 30 minutos.
The Untouchables
Formada en 1981 en Los Ángeles, California, The Untouchables nació de la amistad y la pasión compartida por el ska y el soul de los miembros fundadores Kevin Long, Clyde Grimes, Chuck Askerneese, Jerry Miller y Rodger Rivas. Influenciados por la escena mod británica y las raíces jamaicanas del ska, la banda rápidamente desarrolló un sonido y una estética únicos que los distinguieron de otras bandas de la época. The Untouchables salió a escena todos con esos trajes negros, con corbata y sombrero, el Two Tone a todo lo que daba. Los metales fuertes resonando. El ska es crucial dentro de la historia del punk, al ser un género que se entremezcló y que también es fuerte y antisistema. No Values contó con varias agrupaciones dentro del ska.
The Vandals
Desde su formación en 1980, The Vandals han sido una de las bandas más influyentes y distintivas de la escena punk rock de California en Huntington Beach. Con su mezcla única de humor, irreverencia y energía punk, han dejado una marca duradera en la música y la cultura pop, siendo influencia para agrupaciones como NOFX, Blink-182 y la gran mayoría de conjuntos de punk pop que surgieron muchos años más tarde. The Vandals son un favorito entre los eventos punks y la multitud que en ese momento ya era de más de 15 mil personas, presenciaron su espectáculo. Dave Quackenbush y Warren Fitzgerald llevan en sus brazos toda la energía, voz y guitarra, una dupla bien hecha y con bastante simpatía. «Take It Back» marcó la pauta de pura energía punk con acordes súper rápidos y no se diga de «Urban Struggle».
Ceremony
Formada en 2005 en Rohnert Park, California, Ceremony es una banda que ha evolucionado notablemente desde sus inicios en el hardcore punk hasta abarcar una variedad de estilos musicales. A través de una carrera que ha desafiado las expectativas y normas del género, Ceremony ha ganado una reputación por su energía intensa y así fue su presentación en No Values, era el momento de agrupaciones no tan clásicas, para un público más actual. Para calentar motores, se aventaron un cover de los Dead Kennedys, «California Über Alles» y pasaron a lo suyo con «Kersed» y «Open Head». Es interesante cómo Ceremony expone su música. Cada uno de sus integrantes posee una personalidad distinta, es como si fueran personajes de Fortnite, pero la energía es brutal, y el público lo resintió. Estaban a tope con el mosh y surfing. Sin duda una gran agrupación que, si tienes la oportunidad de ver, no lo dudes. Además, visitaron México hace un par de meses como acto soporte de Turnstile en Ciudad de México.
The Damned
¿Qué podemos decir de estos señores? Tremenda agrupación histórica y pioneros del punk exportado de Inglaterra. Desde 1976, The Damned ha dejado una huella imborrable en la música rock. Desde sus primeros días en la escena punk londinense hasta su exploración de géneros como el goth y el rock alternativo. The Damned fue fundada por el guitarrista Brian James, el vocalista Dave Vanian, el bajista Captain Sensible y el baterista Rat Scabies. Fueron una de las primeras bandas punk en surgir en Londres, contemporáneos de bandas como The Clash y los Sex Pistols. Su primer sencillo, «New Rose», lanzado en 1976, es considerado el primer sencillo de punk rock de la historia y marcó el inicio de una carrera innovadora. The Damned se presentó en la primera edición del festival Cruel World en Pasadena, California, donde, por supuesto, Revista101.com estuvo ahí retratando la acción y obviamente no podían faltar en la primera edición del No Values. Su presencia fue dominante y elegante, a diferencia de su presentación en Cruel World. The Damned llegó con su alineación original que pocas veces se puede disfrutar y el sonido vaya que cambia bastante, todo un agasajo. Dave Vanian, con su personalidad tipo Conde Drácula, que posiblemente de ahí la tomó Dave Gahan de Depeche Mode para inspirarse. «New Rose», un himno que retumbó en el festival.
The Selecter
The Selecter es una de las bandas más influyentes y queridas de la escena ska británica. Formada en Coventry en 1979, The Selecter fue parte integral del movimiento 2 Tone, que fusionó el ska jamaicano con la energía del punk rock británico, junto a otras bandas como The Specials y Madness. The Selecter salió solo con Pauline Black, quien es la primera voz del conjunto. Se le veía un tanto nerviosa y la banda salió desalineada con ropa deportiva, no como suelen salir, con sus trajes elegantes. También se notó la falta de Arthur ‘Gaps’ Hendrickson. Posteriormente, en redes sociales, Pauline Black hizo un par de declaraciones, mencionando que no tuvo algunas de las cosas que pidió, como un lugar para vestirse, y tiempo más tarde, confirmó que Arthur ‘Gaps’ Hendrickson había fallecido, pero que ella continuaría con el legado de The Selecter
Sublime:
Sublime, la banda californiana formada en Long Beach en 1988, es uno de los nombres más icónicos y reverenciados en la música de los años 90. Con una mezcla única de punk rock, reggae, ska y hip hop, Sublime no solo creó un sonido distintivo, sino que también dejó un legado perdurable que sigue influyendo en nuevas generaciones de músicos y fans. El éxito de Sublime se vio truncado por la trágica muerte de Bradley Nowell el 25 de mayo de 1996, apenas dos meses antes del lanzamiento de su álbum homónimo. Nowell, que había luchado con problemas de adicción, falleció a causa de una sobredosis de heroína. Su muerte fue un golpe devastador para sus compañeros de banda, sus fans y la comunidad musical en general. Después de la muerte de Nowell, Eric Wilson y Bud Gaugh continuaron tocando música, pero Sublime, tal como era conocido, dejó de existir. En 2009, Wilson y Gaugh formaron una nueva banda llamada Sublime with Rome, con el vocalista y guitarrista Rome Ramirez, pero en el pasado Coachella, la historia de Sublime cambió, pues de cierta manera Sublime regresó con la integración de Jakob James Nowell, hijo de Bradley Nowell, lo cual causó sorpresa y una total aceptación. Esta misma alineación se presentó en No Values, eran los chicos del barrio, de la zona, al estar pegados en Pomona y ser parte del Condado de Los Ángeles, fue una presentación emocional.
Bad Religion:
Qué evento de punk en California no estaría completo sin una de las más legendarias agrupaciones de Los Ángeles. Bad Religion, que ha estado junta durante casi 45 años, todavía mantiene la misma energía y mensaje con los que comenzaron. Bad Religion subió al escenario cuando el sol bajaba; cerca de 30 mil personas estaban disfrutando de la presentación. Bad Religion fue presentado por el legendario Gary Tovar. Inmediatamente comenzaron con “Recipe for Hate”. Los acordes iniciales de “Los Angeles Is Burning” resonaron por todo el lugar, marcando el tono de la noche. Cuando terminó la canción, la gente continuó apretándose más y más, hasta el punto en que uno se sentía como una sardina en una lata. Aunque muchas personas y multitudes objetarían esto, el mundo punk prospera y busca esta conectividad. Cuando “Generator” comenzó a sonar, se empezó a formar un circle pit. Algo notable fue la ausencia de teléfonos. La multitud estaba presente y se alimentaba de la energía de la banda. Hicieron que la multitud cantara a todo pulmón. La multitud en pleno apogeo empezó a moverse como bolas de pinball. Para mostrar la diversidad del espectáculo, un hombre con una máscara de Nacho Libre y un hombre grande con su pequeño hijo en los hombros se unieron al pit lúdico y tentador. Los éxitos no dejaron de llegar: “21st Century (Digital Boy)”, “New Dark Ages”, “American Jesus”, y la voz de Greg Graffin, fuerte como cuando era un jovencito.
Gary Tovar, fundador Goldenvoice
Turnstile:
¿Cómo llegó a suceder que una banda de hardcore punk de Maryland esté tocando frente a miles de fanáticos en No Values? Para esta subcultura musical, tan subterránea y marginada, Turnstile ha logrado el tipo de éxito transversal que normalmente indica algún tipo de compromiso artístico. El golpe inicial con «T.L.C. (TURNSTILE LOVE CONNECTION)» y «Big Smile» causa un pandemonio inmediato, con fluidos sospechosos volando por el aire, mientras el tercio frontal de la multitud se comprime en una manía tumultuosa. Algo que gusta es que están manteniendo ese estético tradicional del hardcore estilo Nueva York, pero con una exitosa mezcla de producción más soñadora, voces reverberantes y melodías pegajosas. Estos elementos están completamente expuestos en «UNDERWATER BOI», que comienza con la multitud cantando el coro a capella, como un grito gutural desde el alma. La banda pronto explota la canción, con el vocalista Brendan Yates, ya sin camiseta, contorsionándose por el escenario al ritmo azotador del baterista Daniel Fang y el bajista ‘Freaky’ Franz Lyons, quien luce una camiseta del Manchester United. Cuando Yates se une a la multitud para el coro, canta como un oso herido, mostrando su vulnerabilidad ante todos. La constante cinta transportadora de cuerpos que se balancean y hacen crowdsurfing se acelera durante «FLY AGAIN».
Las credenciales hardcore de Turnstile son demasiado fuertes como para que alguna vez sueñen con tocar un bis, pero el solo de batería actúa casi como un descanso, antes de que la banda se lance a un sprint de cuatro canciones para terminar el espectáculo. «BLACKOUT» podría presumir de los mejores riffs de guitarra de la banda y provoca el mayor coro cantado. Turnstile está llevando su cultura a un espacio que nunca antes había ocupado, a una escala que seguramente ni ellos mismos podrían haber imaginado. Y sin embargo, todo se siente tan natural, como si la banda perteneciera a un escenario tan grande, como si disfrutaran demostrando que su música puede sobrevivir la transición a venues más grandes. Si algo es seguro, Turnstile parece hambriento de más. ¿Es posible que puedan volverse aún más grandes? En No Values fueron aceptados por la vieja escuela, orgullosos de que el mensaje siga vivo.
Iggy Pop:
Si no estuviera presente, No Values no hubiera tenido el peso inaugural. El padrino del punk, una viva imagen de todo lo que es el género, como se vive y como se expresa, Iggy Pop, con más de 50 mil personas en su haber, salió a escena a sus más de 77 años, con más energía que Mick Jagger, con su torso desnudo y su perfecto cabello lisado. Parece que adaptó su repertorio para encajar con el tema del festival: 10 de las 12 canciones que tocó fueron canciones de los Stooges, incluyendo algunas que no había interpretado en solitario en mucho tiempo. Interpretó «I Got A Right» por primera vez desde la última gira de Iggy and the Stooges en 2013 y la primera vez en un show en solitario desde 2003, y terminó el set con «1970» por primera vez desde la muerte del guitarrista de los Stooges, Ron Asheton, en 2009 y la primera vez en solitario desde 1989. Las únicas canciones que no fueron de los Stooges que tocó fueron clásicos de su carrera en solitario como «The Passenger» y «Lust For Life». Además, llenó el set con éxitos como «T.V. Eye», «Raw Power», «Death Trip», «Loose», «I Wanna Be Your Dog», «Search and Destroy», «Down on the Street», entre otras. Como si ver a Iggy interpretar casi todo un set de canciones de los Stooges no fuera suficiente, la banda que lo acompañó fue espectacular. Uno de sus guitarristas esa noche fue Nick Zinner de Yeah Yeah Yeahs, quien luego dijo: «Todavía no puedo creer que pude tocar estas canciones que moldearon mi vida». También tuvo al bajista Matt Sweeney (Chavez, Zwan, etc.), al guitarrista Ale Campos (Las Nubes), al baterista Urian Hackney (The Armed, Rough Francis), a Joan Wasser (Joan As Police Woman) en teclados y voces, a Leron Thomas (Pan Amsterdam) en trompeta, y a Corey D. King en trombón.
Social Distortion:
Social Distortion subió al escenario. Un silencio llenó a la audiencia, por respeto a una legendaria agrupación. El vocalista y guitarrista Mike Ness ha liderado la banda desde 1978 y, a lo largo de las décadas, ha logrado crear un punk contundente sin compromisos. La noche comenzó con «Through These Eyes», «I Was Wrong» y «Ball and Chain», que encapsularon un verdadero concierto punk. Parecía que la banda era tan ferviente y rebelde como lo fueron cuando entraron en la escena punk a finales de los años 1980. Con su lírica anti-sistémica y su sonido característico, Social Distortion ha sido parte de la cultura punk rockabilly y el punk, con las vivencias pandilleras de Santa Ana y Long Beach. Una pieza más tranquila, «Ball and Chain», unió a la audiencia en un alto acordado. Según Ness, esta pieza es una historia de mala suerte, casi un ruego o un grito enérgico para ser liberado. Es una lírica que se relaciona estrechamente con la banda, que ha sufrido a manos de la adicción y numerosos cambios de personal a lo largo de los años. Social Distortion concluyó la noche con un final agresivo y un sincero agradecimiento por parte de los miembros de la banda. Navegando entre una multitud exhausta, los comentarios de asombro flotaban en el aire, acompañados ocasionalmente por quejas de sangre y dolor muscular. Social Distortion ha contribuido más que solo música; fueron parte de una escena que genuinamente cambió la cultura. Siendo fanático yo mismo, la oportunidad de presenciar la presentación de una banda tan influyente fue una experiencia inolvidable. Su presencia en el mundo del punk sigue siendo tan relevante como lo fue hace cuatro décadas.
Viagra Boys:
Es natural sentirse ofendido o desanimado por lo que ofrecen los músicos de todo el mundo; en muchos casos, esa es la intención. Pero si un oyente se abstiene de todo lo que, a primera vista, podría considerar inapropiado, bien podría perderse la recompensa de descubrir música que nunca supo que existía y que podría disfrutar tanto. Así que, si un recién llegado rechaza a los Viagra Boys de Suecia simplemente por el nombre, podría estar perdiendo la oportunidad de quedar completamente impresionado por la gracia y el desparpajo de esta mezcla indudablemente divertida de sonidos. Con su mezcla estilísticamente elaborada de punk, blues, funk y una atmósfera maníaca en espiral, Viagra Boys demostró que, aunque podría no ser para todos, es realmente un placer pecaminoso para cualquiera dispuesto a pasar una noche en su compañía, especialmente para aquellos que han sido devotos seguidores del grupo desde que comenzaron en 2015. Gritando entre sorbos de cerveza y lanzando saliva, Sebastian sonaba y parecía incontrolado pero resultó estar perfectamente alineado en todos los sentidos, encontrando un groove metálico y fascinante que rápidamente ganó fuerza. Y la proclamación del grupo, una amplia gama de tonos, añadió una extraña emotividad a gran parte de la presentación. El público estaba al borde del delirio, habiendo esperado alrededor de la cuadra para acercarse a este talentoso grupo compuesto por Henrik Höckert en el bajo, Tor Sjödén en la batería, Oscar Carls en el saxofón (y más), Elias Jungqvist en los teclados y el miembro más nuevo desde 2021, Linus Hillborg en la guitarra.
The Original Misfits:
La culminación del festival fue la actuación estelar de Misfits, presentada en todo su excéntrico esplendor al estilo de Glen Danzig. El escenario estaba decorado con gigantescas calabazas inflables y el icónico logo de calavera de Misfits, creando el ambiente perfecto para que Danzig y sus compañeros hicieran su magia. A pesar de algunos problemas iniciales de sonido, el público en el festival claramente disfrutó de la actuación de Misfits. Como acto en vivo raro en estos días, Misfits se reúnen principalmente para apariciones importantes en festivales en lugar de giras extensas, lo que convierte su set de 26 canciones en un verdadero placer recibido con gritos de emoción al comienzo de cada canción. Es evidente la influencia que ha tenido la música temprana de Misfits, inspirando a bandas como AFI, Rob Zombie, Marilyn Manson y Green Day con su distintivo estilo de «horror punk» que evoca una atmósfera parecida a Halloween. Demostraron ser la elección perfecta para cerrar el festival, dejando una impresión duradera en los asistentes. Mirando hacia el futuro, queda por ver qué depara No Values. Si los organizadores pueden reunir otro cartel tan fuerte como este, no hay duda de que será otro éxito rotundo. Según la cifra oficial, asistieron poco más de 50 mil personas, pero dudas de esa cifra y creemos que asistieron más de 80 mil personas, siendo el evento punk más grande de la historia.