Issac Anaya, texto y fotografía | La extensa y emotiva gira de despedida de El Columpio Asesino, que comenzó el año pasado, llegó a Guadalajara, una ciudad que no podían dejar de lado por la conexión que tienen con sus seguidores aquí. La banda pamplonesa, con dos décadas de trayectoria, ha logrado crear uno de los catálogos más originales y valiosos de la escena musical española, caracterizado por sonidos apocalípticos y letras explícitas que reflejan su estilo inconfundible. Este último concierto en tierras zapopanas ofreció un recorrido generoso por su carrera, mostrando una agrupación que, en esta etapa, deja que la inercia y la fuerza de sus canciones hablen por sí solas. El 13 de octubre, en el Guanamor Teatro Studio, ante poco más de mil asistentes, se presenció este adiós, pues es una gira de despedida definitiva de los escenarios.
El público disfrutó de poderosos temas como “Babel”, “Ballenas muertas en San Sebastián”, “Entre cactus y azulejos”, “Ye Ye Yee”, “La marca en nuestra frente es la de Caín”, “A la espalda del mar”, “Diamantes” y “Perlas”, todos ellos ya convertidos en himnos que han trascendido más allá de la popular “Toro”, que desató la euforia de la noche.
El quinteto navarro no defraudó y ofreció un show en el que la nostalgia y el adiós se hicieron palpables. Los bises, con temas como “Preparada”, “Floto” y una versión aclamada de “Vamos” de los Pixies, cerraron la velada de manera memorable. El Columpio Asesino, una banda única y camaleónica que ha sabido evolucionar manteniendo siempre su esencia, se despide dejando una huella imborrable en la escena musical.
Formada en Pamplona en 1999, El Columpio Asesino ha sido un referente del rock alternativo español, destacando por su fusión de géneros y su audaz experimentación sonora. A lo largo de su carrera, la banda ha lanzado álbumes que han marcado un antes y un después en la música nacional, y con su gira de despedida cierran un ciclo que, aunque deja un vacío, también asegura que su música perdurará en la memoria de sus seguidores.