Héctor Castro Aranda, texto y fotografía, enviado especial Chicago | El Riot Fest tuvo sus comienzos en 2005 en Chicago, y siempre su línea y devoción han sido el punk y las agrupaciones que forjaron este movimiento, no precisamente en una línea musical, sino en su comportamiento, letra o aportación social. Poco a poco se fue convirtiendo en un evento con mayor seriedad y relevancia. En el camino, gestionaron algunos experimentos como salir de su ciudad natal e instalarse con ediciones en Toronto, Philadelphia, Texas, Brooklyn y Denver. Las ediciones alternas terminaron en 2016, y desde 2013, el Riot Fest comenzó a posicionarse como lo conocemos ahora: edición tras edición más grande, más masiva, y generando un eco a nivel internacional, teniendo en sus carteles a artistas de la talla de The Cure, Blink-182, Fall Out Boy, Motörhead, Social Distortion, Iggy Pop, etc.
¿Qué hace tan llamativo al Riot Fest? A diferencia de otros festivales en Estados Unidos, América Latina o incluso Europa, se encuentra ubicado en una de las mejores ciudades para la movilización de las personas. Aquí no se necesita un automóvil, el metro de Chicago te lleva y trae sin problema alguno, y con sus siete líneas, uno puede hospedarse en muchas de las ofertas de alojamiento que ofrece la ciudad, desde Airbnb hasta hoteles para todos los gustos, siempre cercanos a una estación del tren. Además, la ciudad misma es una obra de arte arquitectónica, y no es necesario desembolsar grandes sumas para tener una gran experiencia; con solo caminar y observar la majestuosa Chicago, ya se ha hecho turismo, y tus pupilas quedarán encantadas.
Chicago es una ciudad musical por tradición, desde el blues hasta el jazz, siempre ha sido una ciudad que ha generado movimientos socioculturales, y el punk y el rock son fuertes en ella. Esto crea la mancuerna perfecta entre el Riot Fest, la ciudad, y un público que va a escuchar música, entenderla y disfrutarla. Lo que vemos en Douglas Park son familias enteras, carriolas, abuelos y nietos, turistas, fanáticos de los festivales y la música, que no se dejan llevar por títulos apantalládores de artistas del momento. Aunque actualmente es un festival masivo que ya reúne a 60 mil personas por día, el alma y sentimiento punk siguen ahí. Sigue siendo un evento independiente que lucha contra grandes corporaciones, y este año parecía haber sufrido un boicot al habérseles negado su sede. Sin embargo, la presión social fue tal que días antes del festival anunciaron que todo seguiría en Douglas Park, cuando ya tenían anunciada su nueva casa en el estadio del Chicago Fire, que para nada se encuentra en una zona céntrica.
El 20, 21 y 22 de septiembre, el Riot Fest 2024 fue una edición llena de emociones, sentimientos y sorpresas, complaciendo al público punk, alternativo y metalero. El Riot Fest supo cómo ganarse un público que, hasta en tiempos recientes, otros eventos de otras promotoras intentan replicar, pero que no logran ese sazón, esa calidez y esa preocupación por los asistentes. El Riot Fest está enfocado a un público trabajador, con precios accesibles, donde seguramente un cartel de estas dimensiones en Los Ángeles costaría un 200% más caro y con un 50% menos de calidad en producción y amenidades.
El Riot presenta un mercádito de vendedores independientes, desde marcas de ropa, diseñadores gráficos, tiendas de vinilos y galerías de arte, hasta una gran variedad de alimentos y bebidas, zona de videojuegos, tienda de primeros auxilios, capilla para casamientos, activaciones interesantes de marcas locales, cinco escenarios, un gran equipo de seguridad interna y externa por parte de la policía de Chicago, y además la integración del carnaval, algo que el Riot Fest había retirado pero que trajo de vuelta. También hubo una alianza interesante con la NWA, una de las empresas más longevas y respetadas de la lucha libre. Antes de la WWE, su título era el más deseado a nivel global y el más codiciado entre la mayoría de las organizaciones luchísticas. La NWA, ahora propiedad de Billy Corgan, líder de The Smashing Pumpkins, hizo su presencia en el Riot Fest con tres funciones de dos horas de duración, con la mayoría de sus luchadores y campeones. Ya hemos romantizado mucho el evento, pasemos a la música.
The Exploited
Desde la vibrante ciudad de Edimburgo, Escocia, llega la explosión punk de The Exploited, quienes desatan su gira 40 YEARS OF CHAOS para conquistar el Rise World of NOFX, el escenario exclusivo para la despedida de NOFX, donde durante tres días las mejores bandas punk se pasearon por esa tarima, un verdadero sueño.
Con una historia que se remonta a 1979, The Exploited se mantiene firme como una de las bandas de punk más emblemáticas. A lo largo de los años, han sufrido cambios de formación y han explorado varios estilos musicales, pero su devota base de fans sigue siendo inquebrantable. La energía inigualable del público se mezcló con la fuerza icónica de la banda, creando una atmósfera que encapsuló la esencia misma del punk: rebelión, unidad y autenticidad. En cada rasgueo de guitarra y cada grito gutural, se podía sentir la historia de cuatro décadas de caos que The Exploited lleva consigo. La conexión entre la banda y su público era palpable, una comunión de almas unidas por una música que ha resistido la prueba del tiempo.
Mientras recorrían su extensa discografía, The Exploited obsequió al público con canciones de todos sus álbumes, con especial énfasis en el atemporal Punks Not Dead. Cada tema sirvió como un viaje sonoro a través de la evolución del punk, mostrando el compromiso duradero de la banda con el género. El año pasado cancelaron su presentación en el Riot, pero pagaron su deuda y fue una bendición poder apreciar a una banda de la que no sabemos si al día siguiente seguirán tocando.
ALL
Luego de la primera disolución de The Descendents en 1987, los miembros restantes, Stephen Egerton, Karl Álvarez y Bill Stevenson, decidieron fundar una banda llamada ALL, junto a Dave Smalley (exvocalista de Dag Nasty, además de vocalista de Down By Law). ALL permaneció unida a pesar de que en 1995 The Descendents se reunieron como tal y lanzaron 7 álbumes durante el período en que The Descendents estuvo desintegrada. ALL ha ido y venido a lo largo del camino, teniendo otros cantantes como Chad Price, que ingresó en 1993 y ha estado presente en las distintas reuniones, como la del pasado Riot Fest, un momento épico punk, donde interpretaron temas desde Allroy Sez hasta Problematic.
Face to Face
El himno punk de Face to Face profundizó en temas más oscuros de lo que uno podría esperar de una banda tan estrechamente asociada con el pop punk. Sin embargo, sus canciones, que exploran la integridad personal y el significado central de la vida, informadas por un humor modesto y una visión poética, fueron innegablemente efectivas. «Walk the Walk» y «It’s Not Over» se destacaron entre las interpretaciones de Face to Face.
Suicidal Tendencies
Desde el inicio se sabía que su presentación sería un caos, en el buen sentido, como un proyectil. Con «Suicides an Alternative» y continuando con «Líce a Reagan» y «Memories of Tomorrow», los nativos de California muestran exactamente por qué siguen siendo atractivos cuatro décadas después de su creación. Mientras Mike Muir se lanza de un lado del escenario al otro, azota a la multitud en un frenesí. El público, como un volcán lanzando lava, arrojaba humanos hacia el escenario, mientras la guitarra de Rocky George hacía lo suyo, llevando ese riff crossover y aumentando la histeria de los presentes, que pedían más y más.
New Found Glory
New Found Glory estaba preparada para una tarde llena de pura felicidad punk rock, tanto para los fanáticos nuevos como para los viejos. ¿Qué mejor manera de celebrar que cantando las canciones de New Found Glory, que han moldeado algunos de nuestros mejores recuerdos adolescentes? La banda explotó en su primera canción, «Intro», emocionando a la multitud antes de catapultarse en una de sus canciones más queridas del álbum. El cantante principal, Jordan Pundik, apenas pudo ser escuchado cuando la multitud sobrepasó su voz en la canción «All Down Hill From Here». Los fanáticos jóvenes y viejos se unieron, mientras canción tras canción, los riffs de guitarra rápidos y la batería contundente destrozaron el lugar. Asegurándose de incluir algunos viejos favoritos como «Hit or Miss» y «My Friends Over You», los fanáticos sacaron sus teléfonos para grabar y cantar junto a sus amigos. Te gusten o no, NFG tiene una forma de unir a las personas durante sus emotivas actuaciones. Sus canciones abordan la importancia de mantener amistades sólidas, con el objetivo de ser una mejor persona, e incluso tocan temas sobre las dificultades en las relaciones.
Sum 41
Finalmente, era hora de decir adiós a Sum 41, ya que se encuentran en una gira de despedida. En la mayoría de sus presentaciones han decidido montar un gran espectáculo con pirotecnia, múltiples fondos, toneladas de confeti y serpentinas, y un esqueleto inflable. Se sentía como un espectáculo de estadio. Su explosión energética de pop-punk es única. Hubo tanta energía circulando. Es increíble que su líder, Deryck Whibley, haya estado haciendo esto durante 25 años. No muchas bandas pueden durar con esa intensidad, pero Sum 41 es un caso atípico, de la mejor manera. Espero que todos los miembros de la banda sigan persiguiendo esfuerzos musicales. Y Sum 41 dejó un mal sabor de boca a los mexicanos cuando cancelaron su fecha en la Ciudad de México hace unos meses. Sin embargo, varios paisanos que viajaron al festival pudieron renegociar ese sentimiento, disfrutando de un gran espectáculo.
Cypress Hill
Una neblina de humo había estado creciendo constantemente en el aire toda la noche, pero se volvió aún más pronunciada cuando Cypress Hill subió al escenario. B-Real, con su característico tono nasal, y Sen Dog, luciendo el icónico sombrero de cubo, mostraron desde el principio que no han perdido ni un solo paso en sus 30 años de trayectoria. Todo el set se tocó como una colección gigante de Greatest Hits, pero su clásico álbum de 1993, Black Sunday, recibió especial atención con «Cock the Hammer», «When the Sh*t Goes Down» y «A to the K», capturando a la multitud desde el principio.
Para «Latino Lingo», Sen Dog estuvo solo en el micrófono, mientras que B-Real se unió a Eric «Bobo» Correa en la batería. Esto fue seguido por un solo de batería extendido, con Bobo mostrando por qué ha sido tan instrumental en el sonido único del grupo, así como un solo del DJ de la gira, DJ Lord.
Justo antes de «I Wanna Get High», apareció en el centro del escenario un esqueleto inflable gigante que sostenía un porro mientras balanceaba una hoja de marihuana afro, ya que todos en el grupo encendieron sus articulaciones durante la canción. «Dr. Green Thumb» le dio a B-Real la oportunidad de promover su dispensario de cannabis del mismo nombre, que según él se encuentra cerca de la carretera de 8 Mile en Detroit. A partir de ahí, continuaron los clásicos con su canción «How I Could Just Kill a Man», de su álbum homónimo de 1991, seguida de «Rock Superstar» de su álbum del 2000 Skull & Bones. Por supuesto, ningún espectáculo de Cypress Hill estaría completo sin el éxito «Insane in the Brain». Si bien ese habría sido un final perfectamente excepcional para la noche, B-Real y Sen Dog luego invitaron a todos los artistas de apertura al escenario para cerrar el espectáculo con una versión de «Jump Around» de House of Pain, que B-Real llamó una de las mejores canciones de todos los tiempos.
Public Enemy
La espera fue larga, más de seis años desde su última aparición, y una aparente batalla legal entre Chuck D y Flavor Flav quedó en el pasado. Las dos voces que marcaron un movimiento a finales de los 80 y mediados de los 90 estaban sobre el escenario con un montón de mensajes sobre el poder que le corresponde a la sociedad y un sinfín de temas antisistema, con ese sonido crudo que actualmente ha desaparecido del hip hop.
Fall Out Boy
Los locales estaban de regreso en casa, Chicago, su amada ciudad los esperaba como héroes retornantes, tras cerca de 10 años de aquella actuación que tuvieron en la edición 2014 junto a Blink 182. Un mar de gente que sobrepasó la cantidad acostumbrada de visitas del Riot Fest; poco más de 50 mil personas estaban deseosas de cantar junto a sus ídolos, una respuesta similar a la sucedida en 2022 con la reunión de My Chemical Romance, donde por supuesto Revista101.com fue testigo. Con «Chicago Is So Two Years Ago», salieron a escena con grandes pantallas, pirotecnia interna y pirotecnia de más de 60 metros fuera del escenario, todo un espectáculo. Parece que Fall Out Boy quiere recuperar el tiempo y volver a conectarse con el público que los esperaba con cariño. Si bien tuvieron una gran gira hace pocos años con Green Day en estadios, les hacía falta tener sus fechas en solitario y siendo estelares en festivales. A los pocos días tocarían en Guadalajara, en la Arena VFG, en su primera visita. Las demás agrupaciones y reseñas las estaremos publicando en artículos independientes.