El béisbol ha perdido a una de sus figuras más emblemáticas: Fernando Valenzuela, el legendario lanzador mexicano que cautivó a fanáticos de todo el mundo con su ascenso meteórico al estrellato y que desató el fenómeno cultural conocido como “Fernandomanía”, falleció a los 63 años el pasado martes, según confirmaron los Dodgers de Los Ángeles.
Antes de que comenzara la postemporada de los Dodgers en 2024, el equipo había anunciado que Valenzuela se alejaría de sus habituales labores de transmisión en la radio para enfocarse en su salud.
“Es uno de los Dodgers más influyentes de todos los tiempos y merece estar en el Monte Rushmore de los héroes de la franquicia”, declaró Stan Kasten, presidente y CEO del club, en un comunicado. Además, Robert Manfred, comisionado de la MLB, destacó que Valenzuela fue “uno de los jugadores más impactantes de su generación” y confirmó que el icónico lanzador será homenajeado durante la próxima Serie Mundial.
Valenzuela, nacido en Etchohuaquila, Sonora, fue una figura icónica que trascendió más allá del montículo. A lo largo de sus 17 años en las Grandes Ligas, fue seleccionado seis veces para el Juego de Estrellas, acumulando 173 victorias en temporada regular y más de 2,000 ponches. Además de su exitosa carrera con los Dodgers, también jugó para los Angelinos de California, los Cardenales de San Luis, los Filis de Filadelfia, los Orioles de Baltimore y los Padres de San Diego.
Su historia en el béisbol alcanzó la cúspide en 1981, cuando, con tan solo 24 horas de aviso, el entonces mánager de los Dodgers, Tommy Lasorda, lo nombró lanzador abridor para el Día Inaugural. Este fue el inicio de la “Fernandomanía”, un fenómeno que capturó la atención de los fanáticos latinos y del mundo entero. En su temporada de novato, Valenzuela logró un récord de 13-7 con una efectividad de 2.48, ganando tanto el premio al Novato del Año como el prestigioso Cy Young, siendo el único jugador en la historia en recibir ambos galardones en el mismo año.
Su estilo poco convencional y su carismática personalidad lo convirtieron en un ícono cultural. Los estadios se llenaban para verlo lanzar, y la comunidad hispana en Los Ángeles encontró en él un héroe. El famoso locutor Vin Scully describió la «Fernandomanía» como una experiencia religiosa, y para muchos, eso fue exactamente.
Tras su retiro como jugador en 2017, Valenzuela continuó involucrado con los Dodgers como comentarista en las transmisiones en español. En 2023, el equipo retiró su icónico número 34, un honor que rara vez se concede a jugadores que no han sido inducidos al Salón de la Fama del Béisbol.
Fernando Valenzuela deja un legado imborrable en el mundo del deporte, siendo un referente para la comunidad latina y una figura inolvidable para los fanáticos del béisbol. Le sobreviven su esposa, Linda, y sus cuatro hijos.