Héctor Castro Aranda, texto y fotografía, enviado especial, Ciudad de México | New Order es una banda que ha renacido con una tranquilidad que les permite referenciar su historia sin quedarse atrapados en ella, como ocurre con muchas bandas de los 1980. En lugar de eso, New Order escapa de la década de 1980, llevando su repertorio a límites insospechados con temas clásicos transformados en himnos enfocados en clubes. El 16 de noviembre, los británicos, dejaron en claro quienes son y por que se les debe respetar. Ellos fueron el acto semi estelar, pero de semi estelar no tuvieron nada, ellos fueron el acto principal, determinado por la asistencia que le regaló a New Order, 50 mil gracias, colapsando el escenario donde los tenían y todo a su alrededor. Nada les hubiera costado a la producción del festival ponerlos en el escenario secundario o el estelar, ya que ese día era para New Order y nada más.
Con todo ese mar de gente, los británicos convirtieron los mares de gente en un pequeño piso de almacén, evocando los lugares donde dieron sus primeros pasos, fusionando los mundos musicales de Nueva York y Manchester, mientras la tecnología se convertía en su mayor aliada. Nadie esperaba el comienzo con un clásico eufórico de Joy Division, «Transmission», que resonó como siempre, mientras las proyecciones de Ian Curtis, capturado en blanco y negro, proyectaban su intensidad sobre el escenario. Los saltos y los vasos voladores de cerveza y no cerveza no se hicieron esperar, el caos y el sentimiento desenfrenado no perdonaron. Recordemos que, Joy Division y New Order están profundamente conectados porque New Order surgió directamente de los integrantes sobrevivientes de Joy Division tras la muerte de su vocalista, Ian Curtis.
¿Necesitábamos confirmación de que su esencia punk sigue viva? Apenas. Aunque se disfraza de grooves disco, himnos rave y baladas para multitudes, su ética punk está siempre presente, haciéndolos únicos y especiales. Esa es la magia de una buena banda: dominar cualquier espacio, sin importar el tamaño, y cautivar con su presencia. Aunque no interpretaron «No 586» ni «Confusion», las potentes ejecuciones de «Crystal», «Ceremony» e «Insolation», demostraron que no había lugar para relleno.
A lo largo de cuatro décadas, New Order ha sido una figura prominente en la escena musical de Manchester, una ciudad que ha dado origen a bandas legendarias como The Stone Roses, Oasis, The 1975, Take That y The Smiths. El hecho de que New Order siga siendo relevante y esté en la cima después de tantos años es un testimonio de su talento y capacidad de adaptación.
El concierto fue una sucesión de éxitos de una hora y media de historia extraídas de cada rincón de su extenso catálogo. Temas como «Plastic» y «Be a Rebel», de su último álbum de 2021. Siempre se puede confiar en que New Order ofrecerá un espectáculo de luces excepcional, y lo demostraron especialmente durante la emblemática ‘Bizarre Love Triangle’. Impulsada por un ritmo pulsante de Stephen Morris, la canción se enriqueció con las cuerdas sintéticas de Gillian Morris y letras concisas que hicieron que la multitud cantara al unísono, consolidándola como un clásico atemporal de la música dance, resonando con una energía ibicenca que comandó la enorme pista de baile en ese momento. Entre influencias de Kraftwerk y los suelos de baile de Patrick Cowley, la multitud disfrutó de cada sintetizador.
Reconocidos como una de las mejores bandas de sencillos de su época, New Order cerró el set principal con una poderosa trilogía de clásicos que cualquier artista envidiaría tener en su catálogo: ‘True Faith’, ‘Blue Monday’ y ‘Temptation’. Bailando al ritmo hipnótico de ‘True Faith’, Bernard estuvo completamente inmerso en la actuación, llevando esa energía contagiosa a la icónica ‘Blue Monday’ y luego a ‘Temptation’. Para este punto de la noche, la lluvia caía con fuerza, pero eso solo añadió más magia al ambiente, ya que nadie en la multitud parecía preocuparse mientras la velada alcanzaba su clímax. Bernard Sumner, el titánico líder y voz de la nueva orden, a sus 68 años con una voz bien cuidada, bailando y tocando la guitarra por todo el ancho del escenario, como si el tiempo jamás hubiera pasado por él y ellos.
Joy Division, regresó, con estilo y elegancia, con «Love Will Tear Us Apart», dejando en claro que su legado seguiría intacto. Fue un cierre emotivo para una velada inolvidable. Conscientes de su historia pero con la mirada hacia el futuro, New Order no es una banda de los 80. Son una banda del ahora. Siguen desafiando los límites que ayudaron a construir, conectando generaciones y creando arte que pocos pueden igualar. Con luces y proyecciones que entrelazan pasado, presente y futuro, manipulan su historia con una atención al detalle que los hace avanzar con gracia, dejando claro que para ellos el tiempo siempre es ahora. New Order, será el acto estelar de la cuarta edición del Cruel World Fest en Pasadena, California el 17 de mayo, donde compartirán escenario con agrupaciones como Nick Cave, Death Cult, Garbage y más.