Héctor Castro Aranda, enviado especial, Inglewood, California| A pocos días del 50 aniversario de «Can’t Get It Out of My Head», Jeff Lynne ha demostrado que su legado musical es tan inolvidable como el día en que nació. Con al menos una docena de canciones memorables en su repertorio, la gira de despedida de Jeff Lynne’s ELO ofrece a los fanáticos la oportunidad de celebrar este extraordinario catálogo antes de que la banda cierre un capítulo histórico.
Jeff Lynne fue el principal cerebro detrás de Electric Light Orchestra (ELO). No solo escribió, sino que también compuso y produjo prácticamente todo el material de la banda durante su carrera. Lynne es conocido por su capacidad para mezclar elementos de rock, pop y música clásica, creando el característico sonido sinfónico de ELO. Electric Light Orchestra, se disolvió como conjunto por decisión de Jeff Lynne, que comenzó a sentirse agotado después de más de una década de trabajo constante. Tras años de giras y grabaciones, Lynne mencionó en entrevistas que había perdido el entusiasmo por seguir dirigiendo la banda y prefirió centrarse en proyectos más personales y en su trabajo como productor.
A principios de los 1980, el estilo característico de Electric Light Orchestra, con su mezcla de rock sinfónico y arreglos orquestales, comenzó a perder popularidad frente a nuevos géneros como el new wave y el synth-pop. Esto provocó una disminución en las ventas de sus últimos álbumes, como Secret Messages de 1983 y Balance of Power de 1986. Tras 1986, hubo intentos por revivir la marca, por parte de elementos del conjunto eléctrico, renombrado comoElectric Light Orchestra Part II, que fue fundada en 1989 por el baterista Bev Bevan, sin Jeff Lynne. ELO Part II lanzó álbumes y realizó giras, pero nunca logró la misma relevancia que ELO. En 1999, Bev Bevan dejó la banda y vendió sus derechos del nombre «Electric Light Orchestra» a Jeff Lynne, quien reclamó el control total de la marca. Esto obligó a los miembros restantes de ELO Part II a cambiar su nombre.
Después de perder el derecho a usar «ELO» en su nombre, los exmiembros formaron The Orchestra, conservando la esencia y estilo musical de ELO. La banda se compone principalmente de antiguos integrantes de ELO y ELO Part II, proyecto que pudimos observar dos veces en el Teatro Diana y una tercera como invitados especiales de Alan Parson en el Auditorio Telmex.
En el 2001, Jeff Lynne lanzó un álbum bajo el nombre de ELO, titulado Zoom, e intentó volver a girar, aunque el proyecto fue breve. En 2014, Lynne relanzó la banda como Jeff Lynne’s ELO, ganando nuevos seguidores y consolidando su legado, creando giras mundiales, con fechas agotadas en grandes arenas y logrando llenar el estadio Wembley en Londres, Inglaterra. Jeff Lynne y su nuevo Electric Light Orchestra, pasaron varias veces por Estados Unidos, pero nunca por México y este año anuncio su despedida de los escenarios para siempre. El británico de 76 años, se encuentra listo para colgar los tenis del entretenimiento, ya no tiene que demostrar nada, ya ganó todo y cumplió con todo lo que se puede hacer en la música.
El 26 de octubre, Revista101.com, estuvo presente en el Kia Forum de Inglewood, para despedirnos de otro grande la industria, que acogió los últimos conciertos de su gira por Estados Unidos, de la gira Over and Out, antes de que Lynne se despida definitivamente en Hyde Park, Londres, el próximo año.
A diferencia de otros artistas con largas trayectorias en escenarios, Jeff Lynne mantuvo un perfil bajo durante décadas, centrado en el estudio. ELO tuvo pocas presentaciones en vivo entre los años 1980 y 2015. Sin embargo, su regreso a las giras completas en 2018 marcó un renacimiento emocionante para la banda. Este esfuerzo por perfeccionar cada aspecto de su sonido en vivo se notó en Los Ángeles, donde una alineación estelar de músicos elevó cada canción a un nivel extraordinario.
La banda, compuesta por tres tecladistas, dos violonchelistas, un violinista, cuatro guitarristas, batería, percusión y coros, garantizó que cada nota de la vasta discografía de ELO fuera fielmente recreada. Canciones como “10538 Overture” y “Rockaria!” capturaron la esencia de sus raíces art-rock, mientras que clásicos como “Livin’ Thing” y “Sweet Talkin’ Woman” mantuvieron viva la energía disco-pop que definió una era.
A los 76 años, Lynne demuestra que su talento vocal sigue siendo notable. Temas como “Strange Magic” y “Can’t Get It Out of My Head” destacaron por su delicadeza y emoción. Aunque ahora Lynne se limita a tocar la guitarra acústica y deja los solos eléctricos a su equipo, su presencia en el escenario sigue siendo magnética.
Con un setlist que incluyó casi todos los éxitos más importantes de ELO, el concierto fue un recordatorio de que Lynne fue uno de los mayores genios melódicos y arreglistas de los años 1970, un título que podría rivalizar incluso con figuras como Paul McCartney o los Bee Gees. El espectáculo de gran nivel, una producción actual pero con la esencia conceptual de la famosa nave de las portadas de la banda y un audio con alta fidelidad que disfrutaron los 20 mil reunidos, la mayoría de la asistencia, familias enteras que viajaron desde México.
Aunque las presentaciones en vivo nunca fueron el núcleo del legado de ELO, esta gira ha sido un regalo para los fanáticos. Con la última fecha en el Reino Unido a la vista, queda claro que las grabaciones de estudio seguirán siendo el principal legado de Lynne, pero estos conciertos han añadido una capa inolvidable a su historia. Para aquellos en Los Ángeles que aún se sienten atrapados por la magia del espectáculo, la tentación de reservar un vuelo a Londres para el gran cierre en Hyde Park podría ser difícil de resistir.