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José Rodolfo Castro | Feliz, feliz, el boxeador tapatío Saúl «Canelo» Alvarez, observa los informes que le hace llegar su equipo de trabajo con gráficas que mantienen la tendencia, picos altísimos en publicidad gratuita, trabajo que realizan los merolicos que giran las veinticuatro horas a su alrededor, el astro financiero al que estudian adversarios, boxeadores y promotores, para arrancarle una rebanada de su pastel.
Oscar de la Hoya parece que es el empleado del año de Canelo Team, trabaja para que la marca del jalisciense registre popularidad, la exitosa estrategia que funciona entre sus paisanos, los estadounidenses de ascendencia mexicana que tienen a «Canelo» en el lugar en el que se encuentra.
En el caso que Oscar de la Hoya no pertenezca a la nómina de Saúl Alvarez, que alguien le confíe al disparatado californiano que su publicidad avanza con rumbos para que «Canelo» sume otros cientos de millones de dólares a su fortuna.
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El boxeo es un negocio, lo demás es mero romanticismo, máxima que ha ejecutado con éxito el tapatío. Sólo observamos un error en su carrera, que Rafael «La Cobra» Mendoza ya no asesorara a su manager para el enfrentamiento con Floyd Mayweather Jr. Hoy estaría consagrado, junto a los JC Chávez, Marco Antonio Barrera, etcétera.
Oscar de la Hoya quedó muy lastimado cuando el campeón mundial súpermediano rompió en 2020 la relación laboral que los unía. Desde que Saúl Alvarez es dueño de su marca, cada negocio que desarrolla es seguro que pone al borde del infarto a Oscar de la Hoya, se ha de imaginar el «Golden Boy» que toda esa fortuna debió ser suya: Match 22 de noviembre de 2024. Revista101.com
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