
Héctor Castro Aranda, texto y fotografía | El 14 de octubre de 2018 fue la última visita de la colombiana Shakira a Guadalajara, en un Estadio 3 de Marzo un tanto calmado. Seis años más tarde, su regreso causaría una conmoción con dos fechas agotadas en el Estadio Akron, convirtiéndose en su visita más fructífera y exitosa en toda su carrera en la ciudad. Cerca de 100 mil personas en total pudieron disfrutar del renacer de la astro reina del pop latino más importante del mundo actualmente.
Producida por Live Nation, la gira Las Mujeres Ya No Lloran World Tour apoya su álbum del mismo nombre, ganador del Grammy. Tanto el disco como la gira marcan su regreso a los escenarios desde su última gira global El Dorado en 2017-2018. Shakira anunció inicialmente las fechas de su tour para el público estadounidense durante su aparición sorpresa en Coachella junto a Bizarrap. Posteriormente, las fechas fueron pospuestas, reprogramadas y trasladadas a recintos más grandes debido a la alta demanda, según el equipo de la artista. Las Mujeres Ya No Lloran World Tour llegó a Guadalajara el 16 y 17 de marzo en medio de un caos total: autos en hilera, personas caminando desde Periférico y Aviación, y fuertes controles de seguridad alrededor del estadio de las Chivas.
Con poco más de una hora de retraso en ambas fechas, el show comenzó con una producción altamente elaborada, con pantallas de 160 pies y una innovadora versión animada en CGI de Shakira proyectada caminando por el desierto, para posteriormente entrar caminando por la cancha con un séquito detrás de ella. La cantante abrió el concierto con La Fuerte, un tema producido por su frecuente colaborador argentino Bizarrap. Con un atuendo Y2K, subió a la larga pasarela para interpretar Girl Like Me, su colaboración con The Black Eyed Peas, y cambió nuevamente de vestuario.
Con una carrera que abarca cerca de tres décadas, Shakira sigue elevando la música pop latina a nivel mundial. Todos sus álbumes anteriores incluían al menos una canción en inglés, pero esta vez ha optado por cantar completamente en español. Con esta colección tan versátil y emotiva, demuestra que no hay límites para el arte de su catarsis a través de la música. Los gritos eran ensordecedores; su público, en su mayoría femenino, no dejaba de corear cada letra de cada tema, los cuales, en su mayoría, estaban mezclados y adaptados a los tonos del reguetón. Con Chantaje, se incorporó una orquesta de salsa, demostrando que el poder de la música en vivo supera cualquier pista grabada.
Shakira adoptó varias poses heroicas a lo largo de su concierto: brazos extendidos, postura impecable, su larga cabellera rizada cayendo por su espalda. A sus más de 48 años, su fuerza física es impresionante, toda una atleta que no dejó de moverse por todo el gran escenario. La colombiana aprovechó los interludios para agradecer a Guadalajara y destacar cómo la ciudad ha sido clave en el crecimiento de su carrera. Pasada la mitad del concierto, Shakira inició un recorrido por sus viejos temas: Ojos Así, Antología, Don’t Bother y Las de la Intuición. El gran final llegó con sus canciones más virales en internet, como Loba, donde compartió los «10 mandamientos de las lobas», y su set con Bizarrap. Ahora, su siguiente parada serán sus siete fechas agotadas en el Estadio GNP de la Ciudad de México.