
La belleza intacta de sus callejones empedrados, la majestuosidad de sus templos, la cantera rosa que le da identidad, y el eco de su pasado virreinal acaban de recibir un nuevo respaldo oficial. El Gobierno de México ha declarado a Zacatecas como Zona de Monumentos Históricos, una distinción que no solo honra su pasado, sino que también proyecta su riqueza patrimonial hacia el futuro.
La declaratoria, publicada en el Diario Oficial de la Federación, protege más de 827 inmuebles edificados entre los siglos XVI y XIX en el corazón de la ciudad, distribuidos en un área de más de 105 hectáreas. Esto convierte a Zacatecas en uno de los conjuntos históricos más amplios y mejor conservados de todo el país, reafirmando su lugar como una de las ciudades coloniales más importantes de América Latina.
Zacatecas no es solo un lugar que se recorre, es un lugar que se siente. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1993 por su Centro Histórico, y más tarde incluida en el Camino Real de Tierra Adentro en 2010, esta ciudad minera, testigo de los albores del Virreinato y de episodios clave en la historia nacional, mantiene viva su esencia a través de una arquitectura espléndida y una vida cultural vibrante. La nueva designación como Zona de Monumentos Históricos no solo preserva legalmente su herencia arquitectónica, también la posiciona como un destino ideal para quienes buscan experiencias auténticas entre historia, arte, gastronomía y tradición.
Ser declarada Zona de Monumentos Históricos implica la protección oficial del entorno urbano, con el objetivo de garantizar la conservación de su traza original, sus edificaciones emblemáticas, y el paisaje urbano que da identidad a la ciudad. Este estatus es concedido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y se considera uno de los mayores reconocimientos que puede recibir una ciudad mexicana en términos patrimoniales. La declaratoria promueve también un desarrollo urbano más consciente, impulsa la inversión cultural y turística responsable, y protege el legado que durante siglos ha hecho de Zacatecas un punto de encuentro entre el arte, la religión, la historia y la vida comunitaria.
Caminar por Zacatecas es recorrer siglos de historia en cada cuadra. El Teatro Fernando Calderón, el Templo de Santo Domingo, la Catedral Basílica, el Museo Rafael Coronel, el Teleférico, y la icónica vista desde el Cerro de la Bufa son solo algunos de los hitos que convierten a la ciudad en un museo al aire libre. Además, su oferta cultural ha evolucionado con los tiempos. Festivales como el Festival Cultural Zacatecas, la Feria Nacional de Zacatecas, y el Festival Internacional de Jazz & Blues le dan nueva vida a espacios históricos. A esto se suma una gastronomía tradicional que fusiona el alma minera con el sabor mestizo del altiplano, desde las gorditas de horno hasta los mezcales artesanales.
Esta nueva distinción también representa un impulso importante para el turismo cultural. Zacatecas ha trabajado en los últimos años en consolidar su infraestructura turística de alta calidad, con hoteles boutique instalados en casonas antiguas, recorridos temáticos, museos de nivel internacional como el Museo Pedro Coronel o el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, y una creciente red de experiencias vivenciales para el viajero contemporáneo. Quienes visitan Zacatecas no solo encuentran un viaje al pasado, también disfrutan de una ciudad segura, acogedora y moderna que honra su legado con creatividad y orgullo.
Esta declaratoria es un llamado a mirar a Zacatecas con otros ojos: no solo como un punto en el mapa, sino como una experiencia total que conjuga memoria, belleza, identidad y hospitalidad. Es una invitación abierta a redescubrir su valor, a caminar sus calles con la conciencia de estar en un espacio donde se respira la historia, y a formar parte de una comunidad que protege su patrimonio para compartirlo con el mundo. Zacatecas hoy más que nunca reafirma su vocación como tesoro colonial de México, una ciudad que se ha ganado su lugar no solo en los libros de historia, sino en el corazón de quienes la conocen.