Marco Galván | 40 años han pasado desde que uno de los álbumes más enigmáticos del hard rock, con un éxito comercial rotundo, saliera a la luz con el mítico angelito fumador en su portada y marcado como MCMLXXXIV. Su simpática sonrisa angelical parece haber sido inspirada por uno de sus cofundadores y guitarrista, Edward Lodewijk Van Halen, conocido simplemente en la escena de los ochentas como Eddie Van Halen, reconocido como uno de los más grandes guitarristas de todos los tiempos después de Hendrix. Van Halen popularizó la técnica del “tapping” y fue la causa principal de que millones de adolescentes corrieran a las tiendas musicales para comprar una guitarra, siendo ayer y hoy el ídolo e influencia de muchos guitarristas.
Antes de este álbum, Van Halen había producido 5 discos multiplatino, alcanzando varios lugares en las listas de popularidad, pero hasta ese momento no habían llegado a ser el número uno. Un año antes, Eddie había construido en su hogar su estudio personal, al cual llamó 5150 (el cual era el código de la policía para una persona que presenta una crisis de salud mental). En este lugar se grabó el álbum.
La batuta en la producción fue orquestada por Ted Templeman (quien había trabajado con Van Morrison, Doobie Brothers, entre otros) junto con Eddie Van Halen, quien experimentaba con las nuevas tecnologías de teclados, algo a lo que David Lee Roth estaba renuente, ya que su visión era seguir en la línea más rockera y con la misma fórmula de los álbumes anteriores. Las grabaciones, mezcla y producción se llevaban a cabo por las noches, acompañadas de pilas de cocaína, cantidades de alcohol del tamaño del diluvio universal e incontables noches de peleas sobre la dirección de la banda.
1984 abre con un intro con el mismo nombre, donde las cualidades de Eddie en sintetizadores se muestran para dar paso al primer sencillo llamado “Jump”, una canción amigable para la radio, con sintetizadores que los llevó a alcanzar el número 1 en la lista Billboard. Algo curioso fue que tres canciones más lanzadas como sencillos lograron posicionarse en la famosa lista: “I´ll Wait”, un track guiado por sintetizadores y con el clásico sonido distintivo de la banda, seguido de los clásicos “Panama” y “Hot for Teacher”.
Fuera de los sencillos, los demás temas tienden a ser más pesados. Por ejemplo, “Girl Gone Bad” tiene un trabajo de arpegios y batería fenomenal con el clásico sonido de la era, la carismática voz de David y los coros y bajos de Michael Anthony, demostrando por qué fueron el paquete completo en lo que a una banda de hard rock implica. El track final, “House of Pain”, tiene un increíble trabajo de guitarra machacante, digno de un dios de la guitarra.
Para el lanzamiento del álbum, todo brillaba en el firmamento. Acompañados de un mega tour y siendo unas superestrellas con múltiples videos en la era clave de MTV, la realidad detrás del escenario era muy diferente, ya que la banda comenzaba a implotar internamente, siendo una entidad dividida. Al acabar los shows en inmensas arenas, cada uno de sus 4 miembros tomaba su camino individualmente, siendo víctimas de disputas, principalmente donde sus dos mentes creativas no se toleraban, alcanzando el punto en que hervía la sangre entre David Lee Roth y Eddie Van Halen.
En la última parte del tour en Europa, donde participaron en festivales inmensos como el Monsters of Rock, compartiendo escenario con AC/DC, Mötley Crüe y Ozzy Osbourne, entre otros, la banda ya era una familia dividida y fragmentada, lo que llevó a más problemas. David Lee Roth continuamente buscaba en quién descargar su ira, y quien pagó el plato roto fue el bajista Michael Anthony. Con su actitud bonachona, aceptaba la descarga emocional de sus compañeros, siendo el chivo expiatorio, hasta el punto de que fue retirado de recibir regalías por parte de sus compañeros, quienes alegaban que no aportaba en la creación musical de forma igualitaria.
La gota que derramó el vaso y la principal razón del rompimiento, además de las diferencias creativas y del cliché más clásico del rock and roll (la eterna pelea guitarrista/vocalista), fue un casete que David presentó a los demás de la banda mientras se transportaban en limusina a un concierto. La grabación contenía 4 demos en los cuales Diamond Dave alardeaba de estar por lanzar en solitario, y que no tenían nada que ver con el grupo. Dichos demos se convertirían un año más tarde en el EP “Crazy from the Heat”. Es una lástima que el periodo de la alineación original haya durado tan solo 11 años (1974-1985) y solo 5 álbumes.
Con la salida de David para forjar su propia carrera en solitario, se derivó el fin de su sonido clásico de VH, para mutar en un animal un poco diferente, siendo sustituido por Sammy Hagar como reemplazo vocal, y claro, sin demeritar los 10 años que posteriormente permaneció en la compañía Van Halen. 1984 es indudablemente una marca principal en los anales de la música, un clásico increíble.