José Rodolfo Castro | Eva Aranda, fotografías | El acordeón del originario de San Jacinto, Colombia, hizo la fiesta, comprobación por quién sabe que vez, que la cumbia tiene décadas como reina en Guadalajara, su sonido puso a bailar a quienes se hicieron presentes en Larva el viernes 13 de diciembre, expresión con el baile, en cada movimiento, el sentimiento por la cumbia que vive en el corazón de cada mexicano. «La cumbia se baila como se siente, y que viva la cumbia», gritó Yeison Landero.
Heredero de la tradición, acompañado de alineación que conformó una unidad, Landero desbordó alegría, virtuoso del acordeón, impregnó de inspiración cada botón de su instrumento, en el primer clásico imaginaba ya una extremidad más de su humanidad. El ritmo fusión de los indígenas, afrodescendientes y españoles, se reencontró con generaciones que aprendieron a sentirlo por los abuelos que bailaron la cumbia sampuesana.
Yeison homenajeó uno a uno a los fundadores del sonido que se baila en América y en otros continentes, Corraleros de Majaual, Lisandro Meza, Alfredo Gutiérrez, extensión a México, Chile, Perú, Argentina, etcétera.
Más fiestas de estas en Larva para Guadalajara, una producción que fue anunciada por la Editorial Universidad de Guadalajara, y la que inició con la presentación del libro Cumbia Somos, por parte de Sayri Karp Mitastein, directora de Editorial Universidad de Guadalajara. Yeison Landero. Enrique Blanc, periodista musical y coordinador de la obra. Groncho Castellón, frontman de Sonido Satanás.
La organización estuvo a cargo de Colectiva Pardo Heli, Promotora Oniric y Agave Intercambio Escénico.
Enrique Blanc, periodista musical y coordinador de la obra. Groncho Castellón, frontman de Sonido Satanás. Sayri Karp Mitastein, directora de Editorial Universidad de Guadalajara. Yeison Landero
A Yeison Landero, quien platicó en entrevista con Revista101.com, le comentamos que la cumbia es reina en Guadalajara, que mantiene su popularidad…
«Me voy contento de Guadalajara, pues el propósito de la agrupación de Yeison Landero se va cumpliendo, al decirme que la cumbia en Guadalajara tiene su espacio, que es reina en el corazón del barrio, en el corazón de la gente, donde se toca una cumbia la gente baila y goza, y realmente es una de la cosas que para mi como artista, me llena el alma, me llena el corazón, y no solamente es un comentario que me hace, sino que lo pude vivir cuando estuvimos en los barrios de Santa Cecilia, Santa Teresita, llegar, acercarnos al pueblo, ver que realmente la gente se va motivando, va entrando, y va sintiendo la cumbia desde el corazón, desde el alma.
Estoy feliz porque todos los mexicanos, porque siempre ha sido uno de los países hermanos más grandes de Colombia, tenemos a Argentina, Chile, tenemos a El Salvador, Guatemala, pero indiscutiblemente con México hay una hermandad, es como cuando tiene a cuatro, cinco o siete hermanos, todos nos queremos como familia, pero siempre hay uno que tiene un filin muy especial, y ese filin especial está en México, y me alegra que no solo en Monterrey, Ciudad de México, Saltillo, Torreón, San Luis Potosí, la gente en Guadalajara es una ciudad que convive el arte y la cumbia sea de esos que hace parte.
—En cualquier fiesta en Guadalajara los tapatíos bailan cumbia…
—Estuve en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, fue maravilloso, en lugares donde la cumbia sigue conectado, y saber que ya no es un nicho para los barrios, sino que también se va metiendo y convirtiendo en un modo de vida para todos, sin estrato social.
—Con la cumbia Colombia colonizó a México…
—(Risa), yo no quisiera decir que los colonizó la cumbia, sino que nos enamoró con la cumbia, porque no llegamos a cambiar algo, no llegamos a colonizar y decir, somos nosotros y son ustedes sin identidad, sino que llegamos a enamorar los corazones y decirles, oye, esto también es parte de nuestro ADN en Latinoamérica y se puede bailar, y se siente de nuestros abuelos, desde nuestros ancestros, lo que nos convirtió en una identidad para todos.
—La cumbia nos permite sentirnos vivos, sentirnos felices…
—Muchas veces desde la vida de nuestro cuerpo cuando queremos referirnos a un sentimiento, nos decimos que ni es el cerebro, la vista, el gusto, es el corazón, muchas veces nos tocamos el pecho, pero el latir del tambor llamador de este género musical, es como sentir el latido del corazón musical, es como sentir que estamos presentes, es como decir, yo estoy aquí, pero sobre todo decir, yo estoy vivo. Entonces la cumbia nos permite sentirnos vivos, sentirnos felices, nos conecta a uno con otro.
Me alegra que no solamente haya quedado a escuchar en ese camino resiliente, no solo en el barrio, sino que ya no hay fronteras en la cumbia internacional, ya no hay fronteras en los estratos.
—La cumbia sabanera, nació de las manos de su abuelo Andrés Landero…
—La cumbia de acordeón, la sabanera, que represento, nació de las manos de mi abuelo Andrés Landero, un campesino de los Montes de María en San Jacinto, Colombia, en especial lo identifico así porque la cumbia también se interpreta con flauta de millo, pero bueno, a partir de lo más raizal, que fue la cumbia de gaita, la cumbia de acordeón que creó mi abuelo, hubo una orquestación de grandes artistas como Lucho Bermudez, Pacho Galán, son muchas cosas que se han creado a partir de, pero si hablamos de lo más puro y ancestral, de como nació en este territorio, de como la interpreta sabaneramente, fue de manos de un campesino llamado Andrés Landero. Revista101.com