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Héctor Castro Aranda, texto y fotografía, enviado especial, León, Guanajuato | Pocas son las agrupaciones que han logrado consolidarse y consagrarse, y aún menos aquellas que siguen vigentes después de varias décadas de su fundación. Desde Sheffield, Inglaterra, Def Leppard ha invertido, sufrido, caído y reivindicado hasta lograr el estatus de monstruo sagrado del rock and roll. Su peculiar sonido, que agrada a nivel mundial, los diferencia inmediatamente del resto de las agrupaciones de su generación.
En sus inicios, hace más de 45 años, producían un estilo que seguía con una línea más parecida a la de Aerosmith o AC/DC, posterior Def Leppard se adueñó completamente de la década de los al cambiar su sonido, 1980. Palpó las mieles del glam metal, pero nunca se sumergió por completo en él, ya que su ética británica no le permitió adentrarse demasiado. Def Leppard, junto a Mötley Crüe, Guns N’ Roses y Bon Jovi, fueron la continuación del rock de estadio, con inmensas producciones. Cada banda tomó su camino distinto, y la década de los 1990 resultó extraña y desafiante para mantenerse como supergrupos. La competencia de géneros fue tan fuerte que, a mediados y finales de esa época, Def Leppard ya no conectaba con una generación diferente que consumía otro tipo de música. Todo cambió, y lo que en algún momento fue uno de los conjuntos más fuertes ya no era ni la sombra de lo que fueron. Intentaron adaptarse con Slang de 1996, pero ya no hubo esa conexión: el disco fue un desastre en ventas.
Def Leppard continuó girando y lanzando más discos, pero poco a poco se convirtieron en una banda de culto, dejando atrás sus vínculos masivos. Sus giras se llevaron a cabo en lugares cada vez más pequeños, y hubo cancelaciones debido al poco interés, como aquella fecha del 17 de noviembre de 2005 en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de Guadalajara, que jamás sucedió. ¿Pero cómo una banda de estas características, con ejecuciones extraordinarias y millones de ventas de varios éxitos, podía estar en esas condiciones? ¿La falta de redes sociales, el cambio generacional? Si bien el respeto y gusto por Def Leppard regresaron paulatinamente, fueron realmente las nuevas generaciones quienes la aceptaron y codificaron como algo espectacular. Sus canciones comenzaron a viralizarse en redes sociales, caricaturas y películas.
En la década de los 2010, sus visitas al país y otras partes del mundo comenzaron a realizarse en arenas de mayor capacidad y esa memorable gira con Kiss en el 2011. Recordemos su tan esperado debut en Guadalajara en 2017 en el Auditorio Telmex con taquilla agotada, o sus visitas a la Arena Ciudad de México, también con llenos totales. Una exitosa residencia en Las Vegas, sus magníficas fechas en el O2 de Londres, o su primera gira por grandes estadios en Estados Unidos junto con Journey en 2018. El catalizador global fue por la gira junto a Mötley Crüe, un detonante que arrasó como una de las giras más lucrativas, llegando a todos los rincones del planeta y reuniendo a 60 mil personas en el Estadio GNP de la Ciudad de México en 2023.
Def Leppard, creó una historía para los libros al presentarse por primera vez en la Feria de León 2025, un anuncio que causó histeria entre sus seguidores, ya que se sabría, que conseguir accesos o comprarlos sería una labor difícil, ya que su concepto de conciertos es distinto al de uno convencional. Las entradas para las primeras filas no eran accesibles para muchos, mientras que las otras secciones fueron agotadas por medio de una fila digital que no duró ni una hora. Las quejas se hicieron evidentes al presentar una agrupación de estadio en un formato de feria.
El día llegó. 30 mil personas se congregaron el 18 de enero en el Foro Mazda. En punto de las nueve de la noche, los británicos salieron a escena con un sonido fuerte y espectacular, como debe ser una banda de rock: luces, presencia, pantallas, toda la parafernalia de un espectáculo de estadio. La producción fue adaptada al escenario de la feria, ya que recientemente terminaron una enorme gira de estadios por Estados Unidos junto a Journey, Steve Miller Band y Cheap Trick.
«Rock! Rock! (Till You Drop)» fue el primer tema. Joe Elliott, el frontman, a sus 65 años, no ha perdido el glamour ni su impecable voz. Phil Collen, en la guitarra, caminaba elegantemente por el escenario, mostrando su maestría. Sin embargo, quien destacó fue el bajista Rick Savage, la imagen viva de lo que es Def Leppard, desbordando destellos de la fabulosa década de los 1980.
«Rocket» desató los gritos del público, que cantaba y lloraba. La asistencia fue auténtica, llena de verdaderos seguidores. «Let’s Get Rocked» elevó aún más la euforia, con una energía constante que colocó esta presentación entre las mejores de Def Leppard en México, incluso superando la de la Ciudad de México en 2023.
Antes de continuar, Joe Elliott confirmó la ausencia de Vivian Campbell, quien está en tratamiento contra el cáncer, específicamente un linfoma de Hodgkin. Su puesto fue ocupado por John Zocco, técnico de la banda, quien hizo un trabajo extraordinario.
Siguieron los éxitos: «Animal», «Love Bites» y su más reciente tema, «Just Like 73». La intensidad continuaba hasta que bajaron la energía para interpretar acústicamente «This Guitar» y «Two Steps Behind». El final se sentía cerca cuando dispararon «Rock of Ages», «Photograph» e «Hysteria». Después, regresaron para cerrar con «Pour Some Sugar on Me» y, finalmente, «Wasted». Un concierto de dos horas, completo y sin restricciones, que quedará para la historia como uno de los mejores recitales en Guanajuato y México.