El filme, Implacable, (Absolution), de Hans Petter Moland, trata sobre el envejecimiento. Se centra en un criminal de bajo nivel que se da cuenta de que está llegando al final de su vida, de que los jóvenes que lo llaman “dinosaurio” pueden tener razón. Se mueve más lento que antes, y últimamente le cuesta recordar cosas simples: su dirección, por ejemplo, o incluso los nombres de sus hijos.
El personaje es interpretado por Liam Neeson, un actor que revitalizó su carrera en 2008 con Taken. En ese entonces, era inusual que un hombre de su edad encabezara una franquicia de acción llena de peleas y persecuciones. Tenía 56 años en aquel momento; ahora tiene 73, y se nota.
El personaje de Neeson, cuyo nombre nunca se menciona, recibe una mala noticia bastante temprano. Tiene un caso avanzado de encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés), probablemente debido a los múltiples golpes en la cabeza que recibió en su pasado como boxeador. Como resultado, su función cognitiva está en declive y pronto no podrá cuidarse por sí mismo. Su médico le dice que quizá le quedan algunos años… o tal vez menos.
Esta noticia lo impulsa a un viaje de autodescubrimiento. Por un lado, intenta desesperadamente reconectar con su hija Daisy (Frankie Shaw), con quien está distanciado; en el pasado fue un pésimo padre, y ahora ella no quiere saber nada de él. También entabla una nueva relación con una mujer sin nombre (Yolonda Ross), una compañera de vida con cicatrices tanto físicas como emocionales. Y… eso es prácticamente todo, aparte del hecho de que sigue involucrado en el crimen organizado y se ve envuelto, de forma circunstancial, en una situación de tráfico de personas.
Esta es una película silenciosa, lenta y contemplativa, muy diferente a las docenas de películas de acción que Neeson ha hecho desde Taken. Sí, hay algunas secuencias de acción, pero no son el eje central; si buscas un thriller frenético, te aburrirás. Sin embargo, creo que la película es mejor por ello. Incluso tiene ligeros toques de realismo mágico, detalles sutiles que le añaden una pizca de rareza inesperada. En lugar de ser otra cinta de acción trepidante como muchas de sus películas recientes, Implacable, quiere que pensemos en el envejecimiento de su estrella protagonista: después de todo, ni siquiera le da un nombre a su personaje. Nos invita a observar su rostro demacrado, sus pasos torpes, su respiración entrecortada.
La película incluso nos regala un momento al estilo Taken,“Esto es lo que va a pasar”, le dice Neeson a un matón mientras le apunta con un arma, pero la escena no escala hasta el caos al que estamos acostumbrados. En cambio, la película retrocede una y otra vez, dándonos más tiempo para ver a Neeson reflexionar en silencio sobre la inminencia de su muerte.
No sabemos si Neeson planea seguir haciendo películas de acción al estilo Taken en el futuro, pero si no, esta sería una forma perfecta de cerrar esa etapa de su carrera. No digo que vaya a retirarse pronto, pero quizás sea el momento de explorar otros tipos de papeles. ¿Seguirá interpretando a estos hombres con remordimientos, con secretos, con un conjunto muy particular de habilidades?. Implacable, llegará a los cines mexicanos el seis de febrero.