
1989 EL ESCRITOR MARIO VARGAS LLOSA
El mundo de las letras despide con pesar a uno de sus grandes titanes. Mario Vargas Llosa, escritor, periodista, pensador y Premio Nobel de Literatura 2010, falleció este domingo a los 89 años en Lima, Perú. La noticia fue confirmada por sus hijos a través de un mensaje publicado en redes sociales que conmocionó de inmediato al ámbito literario, académico y político internacional. Desde sus primeras obras hasta sus últimos ensayos, Vargas Llosa construyó una narrativa inconfundible que retrató con crudeza, ironía y profundidad las fracturas sociales, políticas y culturales de América Latina. Su estilo directo y complejo a la vez, su compromiso con la libertad individual y su espíritu crítico lo convirtieron en una figura central del siglo XX y XXI.
A lo largo de más de seis décadas, el autor de La ciudad y los perros y Conversación en La Catedral fue mucho más que un novelista: fue un cronista de la historia peruana, un activista de las ideas liberales y un protagonista de la vida intelectual global. Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, Perú. Sus primeros años los pasó en Cochabamba, Bolivia, y más tarde se mudó a Lima con su madre, tras una infancia marcada por la ausencia de su padre. Ese reencuentro conflictivo con la figura paterna marcaría su visión de la autoridad y la represión, temas recurrentes en su obra.
A los 14 años ingresó al Colegio Militar Leoncio Prado, experiencia que le inspiró su novela debut La ciudad y los perros(1963), un relato brutal sobre la violencia y el autoritarismo que escandalizó a la sociedad peruana y lo catapultó a la fama internacional. Ese fue el inicio de una carrera prolífica y transformadora.
En los años 1960, Vargas Llosa fue una de las figuras clave del famoso “Boom Latinoamericano”, junto a autores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes. Sin embargo, a diferencia de otros escritores del movimiento, evitó el realismo mágico y apostó por estructuras narrativas más racionales y modernas. Con obras como La casa verde (1966), Conversación en La Catedral (1969) y Pantaleón y las visitadoras (1973), consolidó su estilo: un lenguaje preciso, narrativas fragmentadas y una crítica feroz a la corrupción, la injusticia y el autoritarismo. Su literatura fue, siempre, un campo de batalla de ideas.
En sus inicios, Vargas Llosa simpatizaba con la Revolución Cubana, pero tras visitar la isla y comprobar la represión intelectual bajo el régimen de Fidel Castro, se convirtió en un crítico implacable de las dictaduras de izquierda y un defensor del pensamiento liberal clásico. Esa postura lo distanció de colegas y lectores, pero también lo convirtió en un referente ideológico del liberalismo hispano. Sus columnas semanales, publicadas durante años en El País y otros medios, abordaron desde la política internacional hasta la libertad de expresión, pasando por la cultura, el arte y la economía.
En 1990, decidió lanzarse como candidato a la presidencia del Perú, liderando el movimiento político FREDEMO. Aunque fue derrotado por Alberto Fujimori, su campaña marcó un hito en la historia política peruana. A partir de entonces, se retiró de la política activa, pero nunca abandonó la arena del debate público. Vargas Llosa vivió y escribió desde múltiples ciudades del mundo. En París encontró su voz literaria mientras sobrevivía como traductor, periodista y corrector editorial. Más tarde residió en Londres, Barcelona y Madrid, donde se convirtió en ciudadano español y miembro de la Real Academia Española desde 1994.
Sus novelas posteriores, como La fiesta del chivo (2000), sobre la dictadura de Trujillo en República Dominicana, y El sueño del celta (2010), centrada en el colonialismo europeo en África, demostraron su interés por explorar la condición humana más allá del Perú. En sus últimos años, obras como Tiempos recios (2019) y Le dedico mi silencio (2023) mostraron a un autor lúcido, comprometido y vigente.
En 2010, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura por “su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia del individuo”. Fue el primer peruano en recibir esta distinción y uno de los pocos autores latinoamericanos en alcanzar tal reconocimiento. Ese mismo año recibió también el Premio Príncipe de Asturias, el Premio Planeta en 1993 por Lituma en los Andes, y múltiples doctorados honoris causa. Su figura fue celebrada, debatida, a veces polémica, pero siempre respetada.
En lo personal, Vargas Llosa vivió con intensidad. Se casó dos veces: primero con Julia Urquidi, su tía política, lo que inspiró la célebre novela La tía Julia y el escribidor (1977), y luego con su prima Patricia Llosa, con quien tuvo tres hijos: Álvaro, Gonzalo y Morgana. En años recientes, su relación sentimental con Isabel Preysler ocupó titulares en la prensa del corazón. Pero su ruptura en 2022 marcó el final de ese capítulo mediático y el regreso del escritor a una vida más discreta en Madrid.
Mario Vargas Llosa fue, hasta el final de sus días, un defensor de la literatura como vehículo para comprender y transformar la realidad. Su obra combinó la imaginación con la historia, la belleza del lenguaje con la claridad del pensamiento, y la crítica social con el arte narrativo. Hoy, su muerte representa la pérdida de un intelectual imprescindible, pero su legado seguirá iluminando bibliotecas, inspirando a nuevas generaciones y desafiando a los poderosos. Vargas Llosa no fue solo un escritor: fue un artesano del pensamiento, un soldado de la palabra y un defensor incansable de la libertad.