
Aunque muchos identifican Mont-Tremblant con los deportes de invierno, lo cierto es que fuera de temporada invernal se convierte en un destino lleno de vida, color y sorpresas. Primavera, verano y otoño traen consigo una cara completamente diferente de este paraíso en los Laurentides, donde las montañas siguen siendo protagonistas, pero ahora cubiertas de verdes intensos, lagos cristalinos y senderos que invitan a la exploración. Si estás planeando una escapada única desde Montreal o buscando nuevas razones para visitar Tremblant sin esquís, aquí te compartimos cinco planes que te van a sorprender y hacerte querer volver una y otra vez.
Reconectarte con la naturaleza en el Parque Nacional Mont-Tremblant
Cuando la nieve se derrite, los paisajes se transforman en postales verdes. El Parque Nacional de Mont-Tremblant se convierte en un santuario natural perfecto para senderismo, ciclismo, kayak, paddleboard o simplemente para desconectar del mundo. Puedes recorrer caminos entre árboles centenarios, navegar por lagos como el Monroe y el Escalier, o acampar bajo estrellas brillantes. El entorno invita a respirar profundo y a redescubrir la paz interior.
Subir a la cima en góndola: una vista que te deja sin palabras
Sí, las góndolas no son solo para la nieve. En verano, puedes ascender al Mont Tremblant en una cabina panorámica y disfrutar de un espectáculo visual sin igual: montañas infinitas, lagos relucientes y el aire más puro que puedas imaginar. Una vez en la cima, hay miradores, áreas para picnic, rutas de senderismo suaves y la posibilidad de capturar las mejores fotos del viaje. Es una experiencia que transforma la forma en la que ves el mundo… literalmente.
Relajarte en spas al aire libre y experiencias de bienestar
¿Te imaginas relajarte en aguas termales al aire libre rodeado de bosque? En Tremblant, es posible. Lugares como el Scandinave Spa Mont-Tremblant ofrecen baños nórdicos, masajes con vista a la naturaleza, zonas de silencio absoluto y tratamientos de bienestar diseñados para recargar cuerpo y mente. Ideal para escapadas románticas, fines de semana de autocuidado o simplemente para regalarte un momento de tranquilidad absoluta entre montañas.
Pasear por el encantador pueblo peatonal lleno de vida y sabor
Sin nieve, el pueblo peatonal de Tremblant florece con terrazas al sol, arte urbano, música en vivo y una vibra encantadora. Es perfecto para recorrer con calma, saborear un helado artesanal, descubrir tiendas locales o cenar en restaurantes con cocina gourmet y vistas únicas. Además, su arquitectura de estilo europeo y su ambiente relajado te hacen sentir como si estuvieras en un pequeño rincón de los Alpes, sin salir de Canadá.
Jugar golf rodeado de montañas espectaculares
Para los amantes del golf –o quienes quieren intentarlo por primera vez–, Tremblant ofrece dos campos de nivel campeonato: Le Diable y Le Géant. Con paisajes montañosos, lagos y un diseño de clase mundial, jugar aquí es una experiencia inolvidable tanto por el deporte como por el entorno natural. Ya sea en pareja, con amigos o en familia, el golf en Tremblant es sinónimo de diversión, belleza y relajación.