
José Rodolfo Castro | El boxeador tapatío, Saúl Canelo Álvarez, se erigió hoy nuevamente en campeón mundial súpermediano CMB, AMB, FIB, OMB, tras derrotar al cubano William Scull por decisión unánime, 119-109, 116-112, 115-113, en compromiso celebrado en Riad, Arabia Saudita. Nuestra tarjeta: 117-111 para Canelo.
La victoria del boxeador jalisciense llegó a través de una confrontación aburrida, ya que desde el primer round el antillano se presentó con gran condición física, además de mejor estatura y alcance, muralla para mantenerse lejos de los puños de Álvarez.
Una película que se repitió casi en todo el trayecto del encuentro, pero que se profundizó en los primeros cinco capítulos: Álvarez, monorrítmico, caminando hacia el frente sin los recursos para impactar al elusivo y medroso matancero de jab, centelleante sólo para marcar distancia; momentos en los que prefirió el mexicano bajar los puños. Espectáculo pobre, de bostezo, para el abucheo. Es lo que hay en el elenco global. Scull se presentó como campeón mundial FIB, quien apenas en el quinto asalto logró su primera combinación: jab y upper.
A partir del sexto episodio, Canelo intensificó su ataque a las zonas blandas, repitió gancho al hígado, estrategia para terminar con las piernas del cubano. Trabajo atinado, pero que de poco sirvió: el elusivo continuó caminando por el ring a placer, con la seguridad de que los puños del tapatío no le harían ningún daño. Sin cambio de estrategia en su mejor esquina del mundo, el tapatío cerró el encuentro como lo inició: persiguiendo al adversario. Lo mismo hizo Scull, lejos del oponente.
Una pelea como la que escenificaron Canelo-Scull, el legendario réferi Anselmo “Güero” Escobedo la habría detenido y bajado del ring a los boxeadores por la falta de espectáculo. Lo hizo el “Güero” en la Arena Coliseo local en los años 1970. Revista101.com
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