José Rodolfo Castro | Fotos archivo Miguel David López Ochoa y Pérez | “En esta casa del barrio Las 9 Esquinas del Centro Histórico de Guadalajara, Guillermo del Toro filmó su primera película, Doña Lupe”, así abre la entrevista con Revista101.com, Miguel David López Ochoa y Pérez, señalando a la finca que se localiza en la esquina de Leandro Valle y Donato Guerra. Agregó: “Fue en la primera mitad de los años 1980, debió ser 1984 cuando se filmó, Guillermo del Toro se abría camino, necesitaba recursos para su carrera como cineasta.
“En los años 1970 hicimos amistad, éramos niños, lo conocí a Guillermo del Toro en el Festival del Cortometraje de Guadalajara, los que organizaba mi tío, Fernando López Ochoa, se celebraba con las proyecciones en las pantallas de las desaparecidas Salas Lux que se localizaban por avenida La Paz entre Federalismo y Enrique Díaz de León. El Ayuntamiento de Guadalajara los patrocinaba. Aquel Festival del Cortometraje de Guadalajara, es el antecedente de lo que hoy es el Festival Internacional de Cine de Guadalajara. Raúl Padilla López asistía al Festival del Cortometraje en Guadalajara, ahí lo conocí.
Miguel David López Ochoa y Pérez con Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro
Miguel David López Ochoa y Pérez, recordó: “Cuando filmó Doña Lupe, necesitaba rollos de película, rieles, montaje; le ofrecí ayuda con vestuario de mi padre que es pachuco, con mobiliario que había en mi casa, sin afán de lucro, todo por amor al arte, en aras de la amistad. Mi hermano Víctor le ayudó a reparar la máquina de la grabación de audio de cine”.
Karla Castañeda trabajó en la nueva versión de Pinocho, dirección de Guillermo del Toro. Foto ITESO
Miguel David, vive a media cuadra de la casa donde se filmó Doña Lupe, y a una cuadra de la plazoleta del barrio Las 9 Esquinas: “La casa se la rentó don Lencho, el dueño original de la finca, a Guillermo por un mes, por lo que había que filmar la película en ese límite de tiempo. Después la casa estuvo abandonada por años. Hoy es un palacio, los dueños son la familia Martínez”.
La película, que es un cortometraje, gira en torno a una viuda de la tercera edad, quien atraviesa por situación económica difícil, por lo que decide rentar las habitaciones de su casa, mismas que le alquilan unos mafiosos.
“Doña Lupe, 1985, se exhibió en el Colegio Alemán en aquella época, hoy la podemos ver en internet. En la película aparezco de extra, personifico a un gangster borracho, vestido como pachuco bailarín, tirado en un sofá.
“Entonces, si esta memoria no falla, Guillermo del Toro debió tener 19 años, y le decían el ‘Fideo’, por delgadito. Cuando se fue a vivir a Estados Unidos, su mamá le mandaba jericallas y tortas ahogadas.
“Recuerdo una anécdota de la filmación de Doña Lupe: para que se escuchara el efecto de las balas que se disparaban de las pistolas, en lugar de petardos usamos palomitas (pólvora envuelta en papel en un tamaño de cuatro centímetros). En lugar de brocas, improvisamos con mecates.
“En una de las muestras de cine, que aún no se llamaba Festival Internacional de Cine de Guadalajara, le organizamos, Andrés Yanomé y un servidor, una fiesta a Guillermo del Toro en la azotea de esta casa de Leandro Valle y Donato Guerra, pero se canceló, porque Guillermo no pudo venir a la muestra de cine, pues ya vivía en Estados Unidos”.
Miguel David López Ochoa y Pérez, concluyó: “Guillermo del Toro es un amigo al que estimo mucho, que aunque no nos vemos con frecuencia, le guardo un profundo respeto en su ausencia”. Revista101.com