Héctor Castro Aranda | El 14 de abril comenzó la edición 2023 del festival Coachella en Indio, California. El ya tradicional Empire Polo Club ha albergado este magnífico festival desde 1999, y con el paso de los años ha cambiado la forma en que el festival presenta la música. Han ingresado géneros como el urbano, el hip hop y el pop como sus cartas más fuertes y ha dejado el punk, el rock clásico y alternativo para otros eventos producidos por la promotora encargada de Coachella.
En 2010, Gorillaz fue el encargado de cerrar esa edición. Trece años más tarde, no estelares pero sí semi-estelar en el escenario principal, Gorillaz tenía una tarea difícil. Salir antes de Bad Bunny, significaba que tenía que luchar con un público distinto, donde había un choque generacional y la mayoría de los reunidos no estaban por los británicos sino por el de Puerto Rico.
«M1 A1» fue el tema de inicio, como en todas las presentaciones de Gorillaz. Damon Albarn hizo una entrada eufórica, acompañado de efectos visuales que en las enormes pantallas de Coachella Stage lucían simplemente apabullantes. Los siguientes temas fueron «Tranz» y posteriormente «Cracker Island», con Thundercat como invitado, quien también estará en el Festival Corona Capital en Guadalajara el 20 de mayo.
Cerca de 50 mil personas veían el espectáculo de Gorillaz, pero la audiencia no respondía. No era grosera, pero sólo estaba ahí inerte y Damon hizo todo lo posible para tratar de animar a la gente. De alguna manera lo logró un poco, pero no fue suficiente. Gorillaz hizo lo suyo. Fue una presentación memorable y profesional como lo son todas sus actuaciones.
Para terminar, los últimos tres temas fueron los que hicieron reaccionar un poco a la gente: «Rock the House», «Feel Good Inc.», que fue cantada por el ahora dúo de rap, De La Soul, quienes le hicieron un tributo a su compañero, David Jolicoeur, que falleció el mes de febrero a los 54 años. Gorillaz cerró su presentación con la clásica «Clint Eastwood».