José Rodolfo Castro | Mientras en torno al considerado boxeador más importante del mundo en la actualidad se despliega un gigantesco aparato publicitario, con rueda de prensa de alcance mundial en el Estadio Akron, enormes anuncios en medios impresos, publicidad de calle con inmenso espectacular que cubre el lado de un edificio de diez pisos, que anuncian su pelea con John Ryder el 6 de mayo en el estadio donde juega el equipo más popular de México, en Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de marzo, su sobrino, Johan Alvarez, considerado por sus seguidores como su natural heredero, subió un peldaño más en su carrera por emular a Saúl «Canelo» Álvarez, ganó su primer campeonato, el súperpluma de Jalisco, noqueó en el primer round a Oscar «Cochito» González.
Un encuentro que fue publicitado a través de redes sociales, pero un resultado que pasó desapercibido en medios nacionales e internacionales, una pelea más como otras tantas que disputan en territorio mexicano o en el globo, por actores que sueñan presentarse en los cuadriláteros y en escenarios donde los promotores pagan bolsas como las que ganaba Saúl cuando inició su ascenso en las marquesinas estadounidenses.
Johan Alvarez con el periodista Gustavo López Jaime.
Johan Álvarez se mantiene invicto, 7-0 con 5 nocauts favorables, un registro que conduce a la imaginación, carrera que podría convertirse en exitosa, su linaje ya le suma la popularidad de su tío «Canelo», y su esquina es la misma que enseñó los secretos a la esquina de Saúl Álvarez.