Azucena Cisneros Arroyo, Fotografía, Luis Arturo Mares, texto, enviados especiales, Ciudad de México|Hablar de los Red Hot Chili Peppers es hablar de una de las agrupaciones más grandes y exitosas de la historia del rock contemporáneo. Con una larga trayectoria que se remonta a 1983 y situados en Los Angeles, California, los Chilli Peppers se destacan por su fusión entre rap, funk y una base sólida de rock. El cuarteto ha cambiado de miembros varias veces y ha logrado innumerables logros, incluyendo ser ganadores del Grammy, miembros del Salón de la Fama del Rock and Roll, encabezando festivales y pisando todos los escenarios globales. Actualmente, ya consolidados como una banda de estadio, se encuentran en una gran gira mundial titulada «The Stadium Tour», celebrando el regreso del hijo pródigo de la guitarra, John Frusciante, y comenzando una nueva aventura junto a sus compañeros: el vocalista Anthony Kiedis, el bajista Flea y el baterista Chad Smith, por los más grandes recintos de Estados Unidos, Europa, Japón y América Latina.
En el caso de México, donde han tocado en varias plazas del país y han logrado llenos de taquilla en estadios y arenas, los Red Hot Chili Peppers fueron parte de un festival por primera vez en la historia de la banda y del país. El 19 de marzo, realizaron una presentación externa a su bien configurada gira y se presentaron en el Vive Latino de Ciudad de México, donde en 2007 ya se habían presentado. El Foro Sol lució repleto, más que repleto, con 80 mil personas esperando a un grupo muy querido. Con un jam entre Flea, Frusciante y Chad, el gran momento comenzó con «Around the World». «Dani California», «Scar Tissue», «Aeroplane», «Suck My Kiss», una seguidilla de éxitos y un tema de su penúltima producción, «Unlimited Love», fueron algunos de los temas que tocaron. Fue una maravilla ver a Frusciante sobre el escenario, pero en opinión personal, la presentación se sintió forzada y no fluyó de manera natural. No se sentía ese salvajismo y potencia que ofrecen los recitales de los Red Hot Chili Peppers, se sentía como una especie de ensayo, pero no se menosprecia su presentación, que fue genial, aunque no llegó al nivel que se acostumbra en sus shows. «Eddie», «Reach Out», «Tippa My Tongue», los siguientes temas de su más reciente disco, «Return of the Dream Canteen», y el clásico de clásicos, «Soul to Squeeze», continuaron la noche. Luego tocaron más temas de sus producciones más recientes: «Carry Me Home» y «Black Summer». A este punto, gran parte de la audiencia se sentía confundida al no conocer mucho de los nuevos temas. La producción de escenografía no fue traída y se realizó un set especial acorde al Vive Latino. El momento épico de la noche, el que será recordado, fue «Under the Bridge», un deleite, disfrutar la guitarra de Frusciante en este tema y así cerrar con «Give It Away».