Por Marco Galván| Emergiendo de las cenizas del grunge en 1995 en Charleston, Indiana, Days of the New creó una propuesta musical alejada de lo convencional y atemporal en su esencia.
Aunque son etiquetados dentro del género post grunge, en un mar de bandas que seguían un mismo molde, se erigieron nombres distintos como Blind Melon, Alice in Chains y, sin lugar a dudas, Days of the New.
Mientras el género generó figuras como Kurt Cobain, Lane Stanley y Eddie Vedder, el nombre de Travis Meeks debe inscribirse forzosamente en la lista de virtuosos.
La visión única de su líder resultó en la creación de una singularidad propia en la banda: una propuesta totalmente acústica, una idea fresca y rural con matices grunge en las voces líderes y coros melódicos.
Al igual que Blind Melon, Days of the New dejó una marca temprana (desafortunadamente, ambas sufrieron debido a problemas de adicciones), durando solo teóricamente cinco años pero legando tres álbumes al mundo y la posteridad. Estos tres discos comparten el mismo título sencillo: «Days of the New». Cada uno presenta un árbol retorcido en la portada, diferenciados por el color del fondo: el álbum amarillo, el álbum verde y el álbum rojo.
Qué mejor manera de explorar la banda que con su álbum debut homónimo, también conocido como el álbum amarillo, lanzado en 1997. Su canción «Freak» formó parte de un compilatorio en Louisville llamado «Harvest Showcase Volume 3», lo que les otorgó un contrato discográfico.
Desde el principio, el álbum ofrece una colección de diez canciones inspiradoras y armoniosas con matices folklóricos y hermosos arpegios.
El disco presentó tres sencillos principales que fueron utilizados como herramientas de marketing y promoción en la icónica cadena musical de los noventa, MTV. «Touch, Peel and Stand» fue el primero, seguido por «The Downtown» y finalmente «Shelf in the Room», con letras introspectivas. Estas canciones, que se convirtieron en la primera exposición masiva del público, se quedaron en la memoria colectiva de aquellos que vivieron la época de la televisión musical y llevaron a su álbum debut a vender más de medio millón de copias.
El resto del álbum mantiene la misma calidad y estilo, sin rellenos, con canciones que, a pesar de no haber sido sencillos, podrían haberlo sido. Temas como «Where I Stand», que transporta la imaginación al viejo oeste a lomos de un caballo que galopa por tierras polvorientas, o «Solitude», que evoca una melancólica añoranza por sentir el viento en el rostro, o «Face of the Earth», que habla de cómo la tierra absorbe el dolor y la amargura.
La promoción del álbum se llevó a cabo en tres frentes: primero, los sencillos para la radio; segundo, videos para la televisión; y tercero, la prueba de fuego para un cuarteto inexperto de jóvenes músicos: una gira con Metallica y Jerry Cantrell (ex Alice in Chains) por Estados Unidos.
Dicha gira resultó en la disolución de la banda, dejando a Travis Meeks en la búsqueda de nuevos músicos para su segundo álbum, «el álbum verde», que salió a la luz en 1999 y fue aún más elaborado.
A diferencia del primer disco (acústico), esta segunda obra sigue la misma línea pero incluye orquestación, coros y una sutil guitarra eléctrica. A pesar de esta evolución, conserva la singularidad de que cada canción es diferente y encaja perfectamente en el conjunto.
Tras este trabajo y un historial de cambios continuos en la alineación, el carácter volátil del genio musical y una grave adicción a las metanfetaminas, Travis nos regaló su última obra, «el álbum rojo», que muestra aún más su capacidad creativa e innovadora. Abandonando el formato acústico característico de los álbumes anteriores, Travis incorpora un sonido más orientado al hard rock que se desmarca de la corriente post grunge. En este álbum, Travis no solo se desempeña como vocalista y guitarrista, sino que también toca otros instrumentos como el bajo, la batería y los instrumentos de cuerda. Se convierte en el arquitecto de la orquestación del álbum, demostrando que es un verdadero genio musical. Lamentablemente, no pudo vencer sus demonios y darle continuidad a su visión.