Héctor Castro Aranda, texto y fotografía | Franz Ferdinand ha vuelto con fuerza con su nuevo álbum The Human Fear, el cual estará disponible en enero. Los escoceses confirmaron México como el inicio de su nueva gira por este lado del continente, para beneplácito o incomodidad de sus seguidores, dependiendo del punto de vista. El tres de octubre llegaron a Guadalajara como los invitados especiales de The Killers en el Estadio 3 de Marzo. La asistencia intentó llegar temprano y Franz Ferdinand tuvo una presentación exitosa con un estadio prácticamente lleno, con un set de poco más de una hora que comenzó a la siete y media de la tarde.
Ese momento fue emblemático de lo que representa Franz Ferdinand, ahora con 22 años de carrera, irrumpiendo con varios éxitos. Aunque operan en un territorio familiar, tanto musicalmente como en sus trucos probados en el escenario, hay una cualidad duradera y encantadora en ellos que se niega a desvanecerse. Muchas de las canciones interpretadas esa noche son los mismos estallidos de guitarra pop con tintes fervientes que comenzaron a lanzar hace casi dos décadas, como el potente riff de «Do You Want To».
Sin embargo, la banda también se siente notablemente diferente. Aparte de que solo conservan a dos de los cuatro miembros originales, su trayectoria los ha llevado de ser discípulos del indie escocés, atrayendo a lectores adolescentes de NME en los 2000 hacia bandas como Orange Juice, Fire Engines y Yummy Fur, hasta convertirse en una banda de pop teatral de precisión milimétrica.
Kapranos siempre ha tenido un don para dominar el escenario, pero esa noche abrazó completamente su faceta de showman. Se lució ejecutando todos los movimientos de rockstar, llegando incluso a subirse a un amplificador con su nombre, con la guitarra apuntando hacia el cielo. Su ligera arrogancia nunca cruza la línea de lo encantador. Alex Kapranos, de 52 años, se notaba feliz, al mando de Franz Ferdinand sobre el escenario. En ese momento, tanto los escoceses como los asistentes olvidaron que después seguirían The Killers.
La capacidad de la banda para mezclar art-pop, disco – rock, éxitos indie y post-punk, con referencias a la era soviética y al dadaísmo, sigue siendo única. Mientras algunas esquinas de internet intentan convencerse de que el indie de mediados de los 2000 está de moda nuevamente, queda claro que muchos de los contemporáneos de Franz Ferdinand no lograron mantener la misma calidad y longevidad.
Una canción como «Take Me Out», que se ha vuelto omnipresente en las últimas dos décadas, debería sonar desgastada y obsoleta en 2024. Sin embargo, sigue brillando: tan crujiente como afilada, impulsada por un riff tan profundamente incrustado en la psique británica que parece haber trascendido el tiempo.