
Héctor Castro Aranda | Para muchos, Linkin Park fue una puerta de entrada a un mundo distinto del metal. Sus álbumes icónicos, Hybrid, Theory y Meteora, mezclan rock, metal y hip-hop. Desde la potente voz de Chester Bennington hasta los raps agudos de Mike Shinoda, el trabajo de guitarra de Brad Delson y los efectos de sonido únicos de Mr. Hahn, fue esa química la que hizo que Linkin Park se convirtiera en la banda de dos generaciones, y ahora de una tercera, con su nueva alineación. Emily Armstrong asumió la difícil tarea de sustituir a Chester, logrando un gran desempeño en un rol que tenía que llenar unos zapatos muy grandes.
Con el Zero World Tour, Linkin Park llegó a Guadalajara el pasado 3 de febrero en el Estadio 3 de Marzo. Si bien a Guadalajara le costó trabajo llenar el inmueble de la Autónoma, la misión se logró y poco más de 25 mil personas contemplaron el debut de los californianos. Luego de su primera presentación en el Estadio GNP de la Ciudad de México, que marcó el inicio oficial de su gira, este nuevo Linkin Park ha generado críticas tanto positivas como negativas, pero también les ha abierto la puerta a un mercado más joven y la oportunidad, por primera vez en su historia, de ser una banda de estadio.
Las luces se apagaron a las nueve de la noche con una grabación de El Rey de Vicente Fernández. Luego, el espectáculo comenzó con una entrada cinematográfica, preparando el escenario para una noche llena de altibajos emocionales. La apertura con Somewhere I Belong y Crawling marcó el inicio de un show con una producción impresionante, por no decir costosa y colosal, con un diseño brutalista y geométrico que va acorde al nuevo estilo y etapa de Linkin Park. Una banda con más de 25 años de trayectoria supo conectar con la nueva generación, compuesta en su mayoría por centennials, asegurando la continuidad del proyecto, como en su momento ocurrió con su segundo aire durante la era dorada de la saga de Transformers. Mike Shinoda y Emily Armstrong se paseaban por el gran escenario y la enorme pasarela que llegaba hasta la cancha B. Mr. Hahn, el DJ y tecladista de la banda, salió con una máscara de Rey Mysterio.
La noche estuvo cargada de emociones, con temas como Lying from You y Points of Authority. Los versos de rap de Mike Shinoda fueron tan agudos como siempre, y ver a Joe Hahn detrás de los samples, junto con Dave Farrell en el bajo, fue una experiencia nostálgica. Puede que faltara la mitad de la formación original, pero esos tres mantuvieron la actuación unida con inmensa habilidad y pasión.
Con Emily Armstrong, si bien el público a menudo cantaba con ella, lo que le permitía concentrarse más en su presencia en el escenario, realmente brilló durante su nuevo tema, The Emptiness Machine. Parecía la canción con la que más se conectaba, y la actuación de Mike junto a ella la elevó aún más. El setlist luego incluyó canciones de álbumes posteriores como A Thousand Suns y Living Things. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando interpretaron A Place for My Head de Hybrid Theory. Los riffs pesados, combinados con el rap de Mike y los gritos impresionantes de Emily, lo convirtieron en el momento destacado de la noche. One Step Closer siguió, y Emily ofreció otra actuación intensa.
Los momentos más suaves del espectáculo, con baladas como Leave Out All the Rest, My December y Breaking the Habit, le dieron a Emily la oportunidad de mostrar realmente su talento vocal. En ese momento, quedó claro que tenía las habilidades técnicas para interpretar las partes de Chester y, aunque nadie podría reemplazarlo por completo, ella lo hizo admirablemente.
Ver esta nueva versión de Linkin Park fue una experiencia tanto emocionante como extraña. La ausencia de Chester, junto con la de Brad y Rob, era palpable. Solo la mitad de la formación original estaba presente. Sin embargo, Mike, Dave y Joe dieron una actuación estelar. Con In The End, la velada se llenó de sentimientos. Se veían personas llorando alrededor, incluso un miembro del equipo de seguridad sostenía un póster de la banda entre sus brazos mientras lloraba inconsolablemente.
Linkin Park nunca fue solo Chester Bennington. Su voz y presencia fueron vitales, pero el rap de Mike Shinoda, los samples de Mr. Hahn y la instrumentación en general fueron igualmente esenciales para la identidad de la banda. Ver a Mike rapear junto a Joe Hahn y Emily es una nueva experiencia, una nueva etapa que no ha sido del agrado de todos, pero que muchos otros han recibido con entusiasmo. El recital cerró con Bleed It Out, luego de 25 temas.