Héctor Castro Aranda, texto y fotografía | Luis Miguel es un caso de éxito desde hace más de 40 años, un artista completo que ya demostró a todos y durante varios años que es un astro de la industria, como se dice, está más allá del bien y el mal. El intérprete mexicano ha logrado llenar los recintos más importantes como el Madison Square Garden en la Ciudad de Nueva York, el Estadio del River Plate en Buenos Aires, Argentina, el Estadio Azteca en la Ciudad de México, o romper todos los récords de venta en el Auditorio Nacional. Guadalajara siempre fue una plaza importante para El Sol, pero quedaba algo incompleto para su egoteca y era tocar y llenar el Estadio Jalisco, una deuda que tenía pendiente desde el 2006, ya que la fecha para ese recinto se canceló y posteriormente se movió al Estadio 3 de Marzo. 16 años más tarde, por fin, Luis Miguel pudo contemplar y agregar a su lista de éxitos el haberse presentado en el Estadio Jalisco, no una vez sino dos veces y con taquilla agotada el 17 de diciembre y una próxima tercera que será en octubre del próximo año.
Largas filas horas antes del concierto de Luis Miguel, calles inundadas de automóviles por tratar de encontrar el mejor estacionamiento, pues uno de los artistas más grandes de la nación estaba de regreso en la ciudad tras una espera de un lustro. El imponente estadio se encendió de gritos pasadas las nueve de la noche, un eco al unísono de más de 55 mil personas; no creían que el intérprete ascendiera por una plataforma y diera la bienvenida con un lustroso traje sastre para comenzar con “Será que no me amas”. Lalo Carrillo con su bajo de cinco cuerdas, Salo Loyo en los teclados, Víctor Loyo en la batería y Kiko Cibran en la guitarra son los que cargan con el peso enorme de que las melodías de Luis Miguel se escuchen como en las grabaciones pero con un toque más robusto. “Amor, amor, amor”, “Suave”, “Culpable o no”, lo siguiente en la lista. El público se encontraba totalmente ofuscado, poseído, fuera de su realidad misma, cantando cada uno de los temas. “Te necesito”, “Hasta que me olvides”, “Dame”, lo siguiente en el repertorio. Luis Miguel, tan delgado como en la década de los 1980, se movía con una flexibilidad de orilla a orilla del escenario, bailando y haciendo sus movimientos característicos sin verse cansado, lo que es muy contrario a su voz, que claramente no está en un buen estado, luego de pescar un resfriado en su gira por Chile, donde no se ha podido recuperar. Su voz en varios temas no podía alcanzar altos y en varias ocasiones se le escuchaba ronca, también en varios momentos observamos que no podía dejar de toser, pero como todo un profesional no ha cancelado recitales ni la gira entera y al parecer se irá recuperando sobre la marcha.
Uno de los momentos impresionantes de la noche fue su dúo virtual con Michael Jackson para interpretar “Sonríe”, con Frank Sinatra con “Fly With Me” y, por estar en vísperas de navidad, lanzó “Santa Claus llegó a la ciudad”. En un segundo acto, no podía faltar el mariachi que corrió por parte del Mariachi Vargas y hacer sonar junto a Luis Miguel “La Bikina” y “La media vuelta”.
Se llegaba a la parte final del espectáculo con una remezcla de varios temas unidos, “No me puedes dejar así” / “Palabra de honor” / “La incondicional”, “Te propongo esta noche”, “Ahora te puedes marchar” / “La chica del bikini azul” / “Isabel” / “Cuando calienta el sol” y cerrar su recital más grande ofrecido en Guadalajara.